El debate que se debería hacer

Querido/a lector/a, los de mayo son días de comuniones. Posiblemente porque es Pascua, pero también porque en esta época y en el Mediterráneo hace buen tiempo, el día alarga y se puede estar al aire libre. En consecuencia, son ocasiones de reuniones y comidas entre amigos y familiares y de largas y entusiasmadas conversaciones sobre lo de siempre: los otros, la política, el fútbol…

Bueno pues, eso es lo que pensaba y, estos días, que he ido de comunión, es lo que he vuelto a encontrarme. Aunque reconozco que mi presencia ayuda a que el dialogo derive hacia la política. En ese sentido observo que hay mucha crítica sobre ese oficio de intermediario social. Algo que no solo no me extraña sino que, además, considero positiva e, incluso, participo de ella. Pero también afirmo que hay ocasiones en las que se hacen comentarios que duelen por lo de desconocimiento e injusticia que suponen. Intento decir que la política es un hecho público y colectivo que necesita del contraste, de la crítica, para que sea productiva. Por eso he traído a este rincón frases y reflexiones de Occhetto, Habermas, Innerarity, Ramoneda… contra alguna decisión política o contra algún político o partido. ¡Claro que sí! Pero siempre con el ánimo de perfeccionarla y que cumpla con su papel emancipador o de poder de los que no tienen poder. Y es que lo contrario seria un Estado que solo dicta, vigila y controla. Pero hay opiniones que olvidan que hay miles de políticos, de intermediarios, a cambio de nada y por el simple hecho de mantener la convivencia y el bien común. O peor aún, a veces no se quiere ver la dificultad y la inexactitud del oficio político. En última instancia lo que daña es cuando toda critica, con razón o sin ella, evita o tapa el auténtico debate, el que se debería hacer, el de la autonomía y la fragilidad de la política y del político respecto de los otros poderes (por ejemplo del económico).

*Analista político