Lo decimos, lo denunciamos, lo repetimos y, aunque les pese a más de uno, no nos cansaremos de hacerlo. Pero la sociedad tiene el derecho de saber que el Consell de Puig y Oltra está catalanizando al sistema educativo. Están intentando exportar el modelo educativo catalán a la Comunitat Valenciana, pero lo hacen en silencio y por la puerta de atrás, incluso lo niegan… pero la realidad ahí está y ustedes tienen el derecho de conocerla.

Es vital que se sepa el sectarismo que se esconde detrás de cada actuación, el intento de manipulación y el engaño por parte del Consell a todas las familias valencianas. Y digo engaño, porque no hay nada más perverso que, bajo el anuncio de una norma plurilingüe, algo que a priori es positivo y necesario para nuestros niños, se idee toda una obra de ingeniería social para imponer el valenciano y ese modelo educativo único, por el que lleva tanto tiempo peleando Compromís.

Y este es el precio de tener al señor Puig sentado en el Palau de la Generalitat. Que un partido nacionalista, pancatalanista, coja las riendas de la política lingüística y educativa en nuestra comunidad. Que se les deje imponer su modelo radical y minoritario a toda nuestra sociedad. Y para ello, para colmo, les dejan seguir el mismo modus operandi, el mismo, calcado, que se siguió en Cataluña.

Miren, podría hablarles de las subvenciones a entidades catalanistas, sobre el decreto de los usos administrativos del valenciano, de la oficina de sus derechos lingüísticos… Todo forma parte de la misma obra de ingeniería social. Pero hoy me quiero centrar solo en el ámbito educativo. Porque en la ley de la estafa lingüística nada es lo que parece, en cada renglón, en cada artículo, existe un interés oculto, una doble intención, que quiero desvelarles.

Una de las cuestiones que más preocupa es que con esta ley establecen un modelo de enseñanza en la Comunitat Valenciana con un ideario y una justificación legislativa extraída del modelo catalán. Pero esto sólo es el punto de partida… Otra de las cosas alarmantes es que imponen su voluntad implantando un modelo único que hace desaparecer las líneas de castellano, casi en su totalidad.

LA INJERENCIA de la Administración en el ámbito lingüístico de los colegios es tremenda. Ahora, en los planes de normalización lingüística, los centros tienen que decir en qué lengua se atiende al público, la lengua en la que se habla por megafonía; en qué lengua se hace la gestión administrativa, las asambleas o las reuniones de trabajo; en qué lengua se habla en la biblioteca, en el comedor; en qué lengua se dan las notas, en que lengua se hacen los parlamentos oficiales, las celebraciones y los actos de graduaciones; en qué lengua se realizan las actividades extraescolares; en qué lengua se realizan las actuaciones teatrales… Y un largo etcétera.

Desde el PP vamos a seguir denunciando todos los atropellos del Botànic en su intento de querer imponer el valenciano en las aulas. Apostamos porque se promueva el valenciano pero que bajo ningún concepto se imponga. Y para garantizar la pluralidad, la libertad y la neutralidad en las aulas, como les he comentado, vamos a hacer una fiscalización del Consell minuciosa y a presentar alternativas para desterrar el modelo de enseñanza único que los botánicos nos están metiendo con calzador.

*Diputada del PP en les Corts