La Comunitat Valenciana se juega su futuro en la reforma del actual sistema de financiación autonómica aprobada en el 2009 por Zapatero. La llegada de más fondos es urgente. Así lo entendió en su día Puig cuando, en su toma de posesión como presidente en el 2015, dijo que el pilar de su Consell iba a ser el cambio de modelo de financiación. Todos recordamos sus promesas que, seis años después, han caído en saco roto. Ahora ya no montan pollos. Solo bajan la cabeza y callan para no molestar a su jefe Sánchez. Por eso produce vergüenza ajena escuchar al conseller Soler pedir paciencia o balbucear excusas para justificar la parálisis total del cambio de modelo. No solo no hay avances en la negociación sino, lo que es peor, no parece que haya ninguna voluntad de reformar nada. Solo alguna reunión para la foto, alguna promesa de futuro para dar largas y seguir engañando o alguna leve protesta para disimular las algaradas del pasado y silenciar los continuos bofetones de Sánchez. También Compromís calla y tolera que le toreen. ¿Recuerdan aquello de dar su voto a Sánchez con la promesa de que en ocho meses se arreglaría? Han pasado dos años y sigue todo paralizado.

En esta época en que la salud y la economía andan tiesos con los gobiernos de izquierdas, bajo este vaivén de perímetros, toques de queda, promesas de ayudas económicas que nunca llegan, improvisaciones y vaivenes con las vacunas, es clave una buena gestión, la llegada de fondos europeos y contar con una financiación que no sea deficitaria de origen. Los valencianos no queremos más que nadie pero tampoco menos. Queremos recibir lo que nos corresponde en función de nuestra población y contribución a las arcas del Estado vía impuestos. No puede haber comunidades que estén sobrefinanciadas y otras infrafinanciadas. Además, los servicios básicos tienen que estar todos financiados con este sistema, no puede haber privilegios de unas sobre otras.

El tiempo apremia

No podemos seguir de brazos cruzados. El tiempo apremia, las vacunas no llegan, los fondos europeos tampoco, han orillado la reforma y, mientras, nuestras empresas y autónomos se van quedando por el camino. Pero eso parece que les da igual. Los que tanto exigían al gobierno de Rajoy ahora miran hacia otro lado. Antes del 2018 se dieron pasos. Los expertos hicieron un primer informe en el 2013. El Ministerio de hacienda con el gobierno popular ya tenía un proyecto de todas las CCAA y expertos autonómicos para concretar las necesidades de cada territorio. Estaba convocado el Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF) donde se iban a cerrar esas medidas que todas las comunidades habían plasmado en un documento unitario. Pero la moción de censura lo frenó y desde entonces no se ha vuelto a convocar el Consejo de Política Fiscal ni tampoco a reunir la comisión de expertos.

No queremos más dilaciones ni más tomaduras de pelo. Puig debe optar por ser valenciano antes que socialista, plantarse de una vez y defender nuestros intereses porque está en juego nuestro futuro.

Presidenta PPCV