Desde ayer, o más concretamente, desde hoy, deja de operar el estado de alarma. Ese que nos ha acompañado desde el 14 de marzo de 2020, hasta ayer día 9 de mayo de 2021. Ese que cuando se implantó, hubo muchas voces en contra, la derecha y extrema derecha, alegando la pérdida de «libertad», cómo me suena esa palabra, y ahora que el gobierno ya no la prorroga, la mayoría de las mismas voces critican esa medida… lo de El perro del hortelano está cada vez más vigente. Pues bien, esta finalización del estado de alarma representa que muchas de las medidas que se aplicaban bajo su amparo, dejarán de tener validez, y en caso de querer mantener algunas se tendrá que acudir a la vía judicial. Como puede ser por ejemplo, la finalización del cierre perimetral, con lo que se permitirá la libre circulación de cualquier ciudadano.

Las consecuencias de esta libre circulación, junto con la relajación de otras medidas, nos las dirá el tiempo, pero no hay duda de que la implantación de dichas medidas redujo los niveles de incidencia del covid-19 en la Comunitat Valenciana a los mínimos del estado español durante meses, incluido en el que nos encontramos. En ese sentido, poco hay que criticar. En otros, bastante, pero hay que priorizar la salud.

Sobre el empleo, esta finalización va a relanzar la actividad del sector turístico (hostelería, hoteles, agencias, transporte de viajeros…), de los más golpeados por la pandemia. Ello permitirá que la mayoría de trabajadores que aún permanecen en ERTE se reincorporen a su trabajo, ya que casi todos los que quedan son de este sector. Por cierto, trabajadores que si se hubiera aplicado la receta del gobierno del PP en el 2012, estarían en la calle y con paro consumido. A veces hay que refrescar la memoria, que es muy frágil. Pero miremos la parte positiva, y es que tanto esos trabajadores, como los miles que viven del periodo vacacional, tienen ante sí una perspectiva mucho más halagüeña que en el 2020. De hecho, las reservas se han disparado, y desde UGT nos alegramos de ello, ya que este cambio de escenario debería permitir que la postura de la patronal del sector de hostelería en la negociación del convenio sea la de avanzar en llegar a un acuerdo lo antes posible, después de 8 años sin querer negociar.

Hay otros sectores, que sin estar afectados por la pandemia, y por lo tanto no les afecta la finalización del estado de alarma, están planteando reducción de plantillas, en la mayoría de los casos desproporcionadas, como por ejemplo Caixabank o BBVA, ambos con ganancias, con subidas de sueldo estratosféricas a sus directivos, pero con propuestas de extinción de miles de contratos. Eso sí, la gente haciendo cola en sus sucursales y pidiendo cita para ser atendidos. Desde UGT nos vamos a oponer a la barbaridad que están planteando. Como barbaridad es la situación de los trabajadores y trabajadoras del Convenio de limpieza de la provincia de Castelló, ya que se encuentran reclamando que les paguen el Salario Mínimo Interprofesional. Increíble pero cierto. Además, este fue un sector de los declarados «esenciales» en la pandemia, ya que su actividad era imprescindible. Así se le paga, intentando que no cobren ni el SMI.

Como estamos viendo, la situación del mundo laboral ha cambiado poco, si acaso a peor. Ha cambiado poco en el sentido de que las patronales no valoran, salvo excepciones, la implicación de sus trabajadores y trabajadoras, en este periodo, intentando mejorar sus beneficios a costa de lo que sea, normalmente reducciones de plantillas.

Y no nos olvidamos del convenio estrella de la provincia de Castellón, el de Cerámica, que de momento está totalmente paralizado, ya que la patronal, a pesar de la subida en ventas del año 2020, no está por la labor de reconocer a sus empleados las peticiones de los sindicatos, que además de justas, son totalmente proporcionadas.

Esta es la radiografía del sector laboral en Castellón, o sea, como siempre.

*Secretario general de UGT-PV Comarques de Castelló