Pronto hará 30 años de que Felipe González fuera al encuentro de nacionalistas vascos y catalanes para seguir en el poder. También entonces los socialistas sumaban con un partido de ámbito nacional, Izquierda Unida, pero descartaron esa opción a cambio de gobernar en solitario con el apoyo de CIU y PNV, que prestaron su apoyo a cambio de cesiones pero sin ningún interés ni intención de participar en el gobierno ni en el desarrollo del proyecto común de todos los españoles. ¿Les suena la historia?

Los nacionalistas aprendieron la lección y mejoraron tanto sus prestaciones como sus trofeos, y a la siguiente ocasión cambiaron de socio, ni más ni menos que el PP de José María Aznar, cuya militancia pasó de jalear «Pujol, enano, habla en castellano» a escuchar atónitos a su líder manifestar que hablaba catalán en sus círculos íntimos. Lo importante es que en esta segunda ocasión las cesiones fueron mayores, incluso gratuitas en el caso de los vascos por cuanto no eran necesarios para asegurar la investidura. Tampoco en esta ocasión los socios VIP del bipartidismo quisieron participar del proyecto común. ¿Les extraña?

Siguieron después otros gobiernos y otros acuerdos pero con un denominador común, la concesión de ventajas a unos territorios en detrimento del resto de ciudadanos españoles y la negativa a participar de un proyecto común que mejorara la vida de toda la ciudadanía española. Tanto socialistas como populares han gobernado cómodamente con unos socios que no tenían ningún interés en que el gobierno de todos los españoles diera la mejor versión posible, con unos socios que han hecho del chantaje su principal herramienta política.

En 2014 Ciudadanos dio el salto a la política nacional y, por primera vez en muchos años, se podía llegar a acuerdos a cambio de reformas que beneficiaran a todos los españoles independientemente de su lugar de residencia. No salió bien a la primera, se pueden buscar culpables, entonar el mea culpa o poner excusas, pero la única certeza que tengo es que Ciudadanos era, es y será la única amenaza real al bipartidismo y la única opción para que los españoles dejemos de ser víctimas del chantaje.

Portavoz de Ciudadanos en Vila-real