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Ventana sindical

Benjamín Sánchez

Hacen falta más pobres de necesidad

Hace muy pocos días cené en un restaurante de mi localidad. Un local muy agradable, con buena atención y buena relación calidad precio, uno de esos que los trabajadores de a pie nos permitimos solo de vez en cuando, en celebraciones y días señalados. Debo reconocer, que siendo un viernes por la noche, me sorprendió lo poco concurrido del establecimiento y comprendí que, con los precios de la energía, gran parte del mismo estuviera casi en penumbra, cosa que aportaba un cierto ambiente melancólico. Lo cierto es, que antes incluso de la medianoche, nos quedamos solos en el local y al salir, solo quedaba la dueña para cobrarnos. Por eso de que mi mujer es del pueblo, de toda la vida y conoce a esta señora, mantuvimos una conversación limitada, de esas de cortesía y buenas maneras, en la que comentamos lo amable y atenta que había sido la camarera.

--No creáis que es fácil –dijo--. Es muy difícil conseguir personal con un mínimo de dedicación; actualmente, no hay gente que quiera trabajar.

De una manera educada contestamos que éramos conscientes que la falta de personal estaba afectando a la hostelería, por encima de lo razonable. Y aquí fue donde volví a escuchar un comentario que empieza a parecerme consigna:

--La culpa es de los subsidios y las ayudas.

Esto también me lo dijo a mí casualmente otra señora, también dueña de un conocido restaurante; fue en unas jornadas sobre hostelería celebradas en Castellón de la Plana y a las que asistí como representante de UGT. El argumento que me dio aquella señora era muy conciso: yo solo necesito al trabajador los viernes y los sábados, claro, por esta jornada, puedo pagarles poco más de 400 €; cuando ofreces esto, te dicen que tiene una ayuda de cuatrocientos y pico sin hacer nada y que, claro, no va a dejar esto para ir a trabajar y cobrar lo mismo.

Digo que es consigna porque, con matices, he escuchado cosas similares en bastantes ocasiones, no siempre en boca de personas relacionadas con el empresariado de hostelería. No digo ni que sí ni que no, como dice la canción de El Arrebato, pero quizás este pensamiento lo tengan aquellos cuya lógica les lleva a esta conclusión; quiero decir, que ellos en esas circunstancias no trabajarían.

Desde UGT defendemos una renta mínima; no nos creemos que nadie tenga que vivir de la caridad de otros; estamos seguros de que el Estado debe proveer de lo necesario a sus ciudadanos. Ahora bien y dicho esto, razonemos: ¿Cabe la posibilidad de que un trabajo que te tiene ocupado el fin de semana entero a cambio de 400 € sea un trabajo que pueda encajar en esta definición: «Esto es imposible que resulte atractivo para nadie, salvo que seas pobre de necesidad y tengas que coger lo primero que pilles, para poder sobrevivir»?

Después de repasarlo, he encontrado que la mayoría de subsidios por desempleo son compatibles con un trabajo a tiempo parcial; luego la premisa de tener que dejar el subsidio para coger un trabajo de fin de semana no es del todo correcta.

Claro, entiendo que algunos empresarios piensen que si los trabajadores no tuvieran ayudas, aceptarían trabajar en esas condiciones y… posiblemente, si esto fuera así, tendrían parte de razón, pero el desarrollo del estado del bienestar nos ha llevado hacia una sociedad más protegida, donde los trabajadores que no tienen otros ingresos son asistidos por el estado con un ingreso mínimo que les permite subsistir. Ninguno querríamos para nosotros tener que vivir con el subsidio de los mayores de 52 años; pero es positivo que el Estado, si tenemos la mala suerte de tener que recurrir a él, haya cubierto esta contingencia. Gracias a eso nos libramos de tener que perder la dignidad y vernos obligados a aceptar trabajos miserables, ante empresarios miserables, que para hacer que sus miserables negocios funcionen, lo que necesitan es poder contar con… más pobres de necesidad.

Secretario General de FeSMC Comarques de Castelló

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