BABOR Y ESTRIBOR

Zapatero y la infamia

Basilio Trilles

Basilio Trilles

Desde la constitución de los primeros ayuntamientos democráticos en la primavera de 1979, tras 40 años de franquismo, nunca habíamos asistido a una campaña electoral tan bronca y sucia. En la transformación sociológica de nuestro país hay un antes y un después de Rodríguez Zapatero, el hombre risueño a lo mister Bean.

En su etapa de presidente del Gobierno y secretario general del PSOE ejerció la inconsciencia de un buenismo destructor, abriendo frentes en la sociedad española y propugnando políticas de entendimiento con los enemigos internos de España. El alumno, Pedro Sánchez, ha superado con creces al maestro: es más listo y avieso, escrúpulos a parte. En la misión de resistir en la poltrona de La Moncloa Pictures observamos que cada día el presidente se supera a sí mismo, transformando las regalías anunciadas en los mítines de fin de semana en leyes aprobadas por el Consejo de Ministros de los martes. De momento la tómbola del reparto del nuevo Rey Midas ha tocado techo, mañana es día de reflexión y el domingo a votar en las urnas.

Terrorismo

El ambiente encanallado en todo el territorio nacional nos retrotrae, sin pistolas ni cócteles molotov, a aquellos comicios de febrero de 1936 que encumbraron al Frente Popular. Zapatero fue el tipo que, sonriendo con afabilidad, abrió las espitas de las dos Españas, cuestión amortizada mediante el pacto de los protagonistas de la guerra civil, desde la reconciliación supieron tender el ejemplar puente de la Transición. Zapatero, después de Sánchez, estuvo en Castellón y habló del terrorismo empleando la palabra infamia contra el Partido Popular. ¿…? Mejor escuchar a Alfonso Guerra: «Los socios desvían al PSOE de una trayectoria de 144 años».

Periodista y escritor

Suscríbete para seguir leyendo