Hábitat artístico

El Caminàs fue un importante sendero de comunicación, norte-sur, entre explotaciones agrícolas que, procedente de Almenara, donde se unía a la Vía Augusta, rebasaba el término de Burriana por Vinarragell, cruzaba el Millars y desde Almassora, pasando por Fadrell, paralelo a la costa, llegaría hasta Lledó, continuando por el actual Camí d’en Riera. Desde Canet, el camino continuaba salvando las antiguas cuestas de Orpesa.

Enlazados a él, aparecieron caminos empedrados, como la Senda de la Palla, que unía el área del Pujol de Gasset con el término de Borriol hacia el noroeste, o el que desenterró Porcar, en el Camí de la Donació, cercano a la acequia d’Antrilles, que vinculaba algunas aéreas poblacionales agrícolas («viae agraria e vel vicinales quae ad agros vel vicos ducunt») lo que se explica por los restos constructivos y de cerámica hallados en la zona.

Algunos lugares del arcaico hábitat ibérico, siguieron funcionando bajo la romanización. Otros como Pujol de Gasset en el Grau, en el que se documentan cerámicas griegas, ibéricas y romanas, debieron ser núcleos de enlace comercial marítimo. Otros yacimientos ubicados en el término municipal castellonense, donde se han hallado, sobre todo, fragmentos cerámicos, son los de las partidas de Almalafa, l’Estepar, Taxida, Canet o Benadressa. Asimismo, convendrá citar el de Coscollosa, excavado por Porcar en 1934, a poco más de un kilómetro de la Senda de la Palla, que dio sillares de piedra a modo de base de un pequeño templo o un edículo funerario, de dos metros de lado (en el área de Fadrell se hallaría en 1987, uno similar deducible por el frontón con un púlvini lateral decorado con relieves a modo de hojas de palmeta), lo que ratifica las marcadas desigualdades de patrimonio entre sus habitantes. Recientemente, en la partida de Canet, en un terreno separado unos 200 metros de la excavación de Coscollosa, se halló una inscripción funeraria del siglo I de nuestra era, dedicada a un tal Caius Fulvius Hibericus.

Cronista oficial de Castelló

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