A fondo

Campeonas del mundo

El feminismo es imparable y vamos a seguir conquistando espacios y derechos

tania Baños

Hace solo una semana que la selección femenina se proclamó campeona del mundo. Una semana que parece que haya sido mucho más, porque los lamentables hechos que protagonizó Luis Rubiales tras el partido han empañado la celebración de un triunfo histórico. Aunque histórica también es la movilización feminista, que bajó el lema #SeAcabó se ha alzado contra el machismo y el abuso de poder que hay detrás del beso no consentido que la propia jugadora que lo ha sufrido ha reconocido que la hizo sentir vulnerable y víctima de una agresión.

Un comportamiento inapropiado, vergonzoso, machista y fuera de lugar, como lo ha definido Jennifer Hermoso, a quien desde aquí quiero trasladar mi apoyo público. Más después de haber sido culpabilizada y revictimizada de nuevo por Rubiales en las bochornosas declaraciones que realizó en la asamblea de la RFEF, en la que se negó a dimitir como presidente. Más tristes aún fueron los aplausos que recibió en esa asamblea. Declaraciones y aplausos que son el reflejo de que, todavía hoy, muchos no han entendido nada. Les repito lo que la sociedad española les está diciendo: ya no toleramos el machismo. Es una lección para todos aquellos que veían normal un piquito.

Y esa es también la victoria histórica de una selección española femenina que ha dicho que se acabó, renunciando a volver a jugar mientras no haya cambios reales en la federación. Una unión entre jugadoras de generaciones anteriores y actuales que ha puesto el foco en que hay mucho que cambiar y avanzar. Situaciones que ya denunciaron 15 futbolistas antes del Mundial y, lamentablemente, desde algunos medios y desde la propia federación fueron tachadas de niñatas y caprichosas. Algunas de ellas ya renunciaron a estar en Australia, pero hoy también son parte del triunfo.

El Gobierno ya ha iniciado los trámites para suspender a Rubiales como presidente de la RFEF, a través del Consejo Superior de Deportes y de una denuncia al Tribunal Administrativo del Deporte. Desde las instituciones públicas debemos ser la garantía de que no queden impunes actos como el beso sin consentimiento, los gestos soeces en el palco, las presiones a la víctima o la invención de su testimonio. Ante la falta de asunción de responsabilidades por parte de Rubiales, además de condenar los hechos, hemos de ser contundentes en apartarlo.

Yo que siempre he sido de hacer lo que sentía y no lo que se esperaba, sé lo que supone que nuestro país haya ganado el Mundial. Han ganado ellas, pero realmente hemos ganado todas. Tanto el campeonato como la valentía de estos días ha creado referentes femeninos. En el patio del colegio jugaba a fútbol con una lata de refresco, la mayoría de veces sola.e visto a madres molestas porque sus hijas jugaban a fútbol cuando eso no era lo que la sociedad establecía. Ahora hemos conseguido que ya no nos miren raro (cuando no mal) por jugar a fútbol.

Hoy me siento orgullosa de que las niñas ya no tengan que jugar solas con una lata de refresco, porque tienen equipos de fútbol base en los que jugar y ser ellas mismas. Yo no pude jugar de pequeña en ningún equipo, aunque sí que pude quitarme esa espinita más tarde, primero en las pachangas y luego, en la temporada 2016-2017, en los inicios de la UDE femenino.oy me siento orgullosa de que aquel proyecto arrancara y hoy tenga continuidad. Me siento feliz porque las niñas hoy pueden tener la camiseta de Alexia Putellas o de Jenni Hermoso y de otras jugadoras que son un espejo en el que mirarse y una referencia para creer que sí, que algún día pueden ser como ellas: unas campeonas.

Lo que está claro es que ya no hay posibilidad de volver atrás. Las mujeres hemos dicho basta al machismo, a las violencias y a las discriminaciones. Con ejemplos como el de Jennifer, luchamos cada día por la igualdad y por reivindicar nuestro papel y exigir nuestros derechos. El feminismo es imparable y vamos a seguir conquistando espacios y derechos. Por nosotras pero también por las que nos precedieron y, sobre todo, por las que vendrán.

Alcaldesa de la Vall d’Uixó

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