FUERA DE JUEGO

Colomer y Ros viven de espaldas a Benicàssim

Dos referentes del partido deberían implicarse en recuperar la credibilidad que tuvo antaño y que supuso relanzar el municipio

José Vicente Felip

José Vicente Felip

El PSOE de Benicàssim ha tocado fondo. Las elecciones del 28-M son el fiel reflejo del momento que atraviesa el partido en uno de los municipios más cotizados de la provincia. Solo tres actas de concejal en una corporación compuesta por 17 miembros es un paupérrimo resultado. Algo sonrojante.

Samuel Falomir y Joan Morales, desde la ejecutiva provincial, metieron la cuchara en la lista a última hora y mearon fuera de tiesto. Se notó que todavía están muy verdes para menesteres así y en el caso del segundo ni está ni se le espera... Cortaron la cabeza del doctor Miguel Alcalde --cuyas aptitudes están fuera de toda duda-- y le prometieron que sería diputado provincial a cambio de dar un paso al lado para imponer a un perfecto desconocido como Rubén Rodríguez de alcaldable. Fue un experimento con gaseosa y así salieron las cosas. La formación, con expedientes disciplinarios abiertos, está hoy inmersa en una crisis cuyas consecuencias son imprevisibles.

La envidia

El PSOE de Benicàssim llegó a ser la envidia de casi todos con Francesc Colomer como alcalde. Máxima reputación e inversiones de calado que dieron la vuelta a la localidad. Paseo marítimo en la zona sur, carriles bici, instituto, centro de salud, teatro, regeneración integral de todas las playas o el desvío del ferrocarril, marcaron un antes y un después en una época donde la ahora diputada en el Congreso, Susana Ros, fue concejala.

Pero Colomer y Ros se olvidaron después de su pueblo. Desaparecieron del mapa local. Todo menos bajar a la arena para imponer el sentido común con la experiencia política que les atesora. No quisieron quemarse. 

Sin embargo, llegados a este extremo, es imprescindible la implicación de ambos porque Benicàssim les necesita. Veremos.

Subdirector de Mediterráneo

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