BABOR Y ESTRIBOR

Aparece Pujol

Basilio Trilles

Basilio Trilles

En esta felonía del pacto de Pedro Sánchez para conservar la poltrona del Gobierno a cambio de amnistiar a una cuerda de golpistas, incluso igual beneficia a pistoleros de ETA --no hay que obviar el papel zorro de Otegi en todo este sindiós, arrimando el ascua a su perversa sardina de forma silente-- aparece la docta voz de Jordi Pujol aconsejando a su avezado delfín Carles Puigdemont. Entre delincuentes anda el juego. Pujol, revelado como padrino de una familia mafiosa dedicada al trinque, con 93 años y un proceso judicial personal que nadie parece querer cerrar, surge con voz segura iluminando el camino del hijo político, el mismo cobarde que huyó escondido en el maletero de un coche y ahora es la estrella que más brilla en este teatrillo, propio de la astracanada del recordado Juanito Navarro, el del varietés. «Tenemos que mirar que Cataluña no caiga en la candidez y ser capaces de ser exigentes», apunta el Corleone de la derecha nacionalista catalana. Y con la experiencia que atesora Pujol, auténtico sacamantecas del Estado español, le ha dicho a Carles: «Que no nos engañen». Hombre, maestro Pujol, el nivel de usted y su querido Puigdemont en el arte del engaño es alto, sin embargo se la juegan con el sumo pontífice de la farsa y las técnicas de embaucar.

Colega en la delincuencia

Puigdemont agradece los consejos del colega en la delincuencia: «Tiene razón». Para hacer ver que sus palabras son sólidas, cínicamente rechaza negociar con el secretario general del PSC, Salvador Illa, por no considerarlo fiable. Empero, calla que estos días está tratando con el secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, en Estrasburgo. ¿Qué pasa con la euroorden de Llarena? La detención del prófugo disiparía muchas dudas.

Periodista y escritor

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