a fondo

Salud mental, un derecho universal

Tania Baños

Tania Baños

Nadie está exento de sufrir un trastorno mental a lo largo de nuestra vida. De hecho, los datos nos dicen que una de cada cuatro personas en el mundo lo padeceremos. Más del 12% de los problemas de salud son trastornos mentales, lo que supone una cifra mayor a la del cáncer y los problemas cardiovasculares. Son datos macro pero que tienen una afección en nuestra realidad más cercana. Porque todas las personas conocemos a alguien o hemos vivido en primera persona o muy de cerca la ansiedad, la depresión, la demencia, el alzhéimer… Son solo algunas de las enfermedades más comunes.

La salud mental ha sido un tema tabú durante muchos años en nuestra sociedad. Por eso la conmemoración del Día de la Salud Mental es importante porque abre una ventana para dar a conocer una realidad a la que muchas personas todavía dan la espalda y que otras muchas desconocen. Desde 2015, dedicamos una semana del mes de octubre (coincidiendo con el día internacional de la salud mental) a concienciar y visibilizar esta cuestión. Porque divulgar qué es la enfermedad mental ayuda a romper los estigmas y prejuicios que aún existen.

En estos ocho años hemos pasado de realizar estos actos a puerta cerrada en el centro social del Toledo (donde se ubica el Centro de Rehabilitación e Inserción Social, más conocido como CRIS) a sacarlos a la calle para abrir esa ventana de la que hablaba antes.emos leído los manifiestos de cada edición en la plaza del Centro o en la plaza del Mercado, lugares de mucho paso de gente y con visibilidad para dar voz a una realidad demasiadas veces silenciada. Es nuestra forma de lanzar el mensaje, porque las administraciones públicas no podemos quedarnos de brazos cruzados.

Los datos son abrumadores. Según las cifras que da la OMS, más de 800.000 personas se suicidan cada año en el mundo, siendo la segunda causa de muerte en personas de 15 a 29 años. Esta realidad se agrava cuando nos centramos en las personas jóvenes, dado que una de cada siete personas entre 10 y 19 años sufre un trastorno mental y 9 de cada 100 ha experimentado ideas suicidas continuamente o con mucha frecuencia. Por eso la prevención es vital.

Ya hemos puesto sobre la mesa que muchos jóvenes necesitan ayuda de este tipo. Pero hay que ir más allá y proporcionarles los recursos necesarios para que sepan gestionar sus emociones, detectar cuando necesitan ayuda y sean capaces de pedirla.

No podemos obviar que la pandemia de la covid-19 ha hecho mella en la salud mental de muchas personas, agudizando un problema que ya era latente. Las cifras lo corroboran. Si algo hemos avanzado es que con ella ha aflorado un problema que llevaba callado mucho tiempo. Porque de lo que no se habla no existe. Es un primer paso, pero insuficiente. Nuestra sociedad necesita respuestas. Por eso debemos pedir a las administraciones superiores un claro compromiso político y sanitario para afrontar el reto.

La salud mental debe tratarse desde un enfoque transversal, atendiendo a quienes lo necesitan de forma inmediata. Pero también abriendo un debate social sobre las causas profundas y prolongadas que están en el origen de los trastornos mentales. La atención a la salud mental debe estar al alcance de todas y todos, sin que las condiciones socioeconómicas de cada persona determinen su acceso a la atención psicológica profesional.

Las competencias del Ayuntamiento en esta materia son limitadas. Pero sí que tenemos una responsabilidad y un compromiso con la prevención, porque la salud mental es un derecho universal. Por ello ya disponemos de recursos municipales en la Vall d’Uixó como la atención a familias, dependencia, SAD, mesa de salud, CRIS, UPCCA, convenios con Afaniad y Fundación Manantial; y programas comunitarios a través de la Universitat Popular o Espais de Famílies.

Esta semana, desde hoy al próximo 22 de octubre, hemos programado desde el área de Servicios Sociales una serie de actividades como la proyección de una película y un debate sobre qué podemos hacer para ayudar a las personas que empiezan a tener un trastorno o enfermedad mental, una marcha senderista abierta a toda la ciudadanía, la lectura del manifiesto de esta edición y el inicio del curso de Espais de Famílies, que se convierte en una red de apoyo y de acompañamiento emocional. Os invito a participar en esta programación, porque es importante habilitar espacios de convivencia y de inclusión.

*Alcaldesa de la Vall d’Uixó

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