CARTA DEL OBISPO

La paz, don y tarea

Casimiro López Llorente

Casimiro López Llorente

Toda persona de bien y de buena voluntad desea la paz. Sin embargo, una y otra vez constatamos a nuestro alrededor y en el mundo el rencor y el odio, la violencia verbal y física, el afán de dominar al otro —una persona, un grupo o también un pueblo—, o incluso de eliminarlo físicamente recurriendo a las armas.

La violencia, el terrorismo y las guerras son una triste y lacerante realidad en nuestro mundo. Lo vemos cada día en los medios de comunicación. El papa Francisco se ha atrevido a hablar de una tercera guerra mundial a plazos.

Cerca de nosotros sufrimos desde hace más de año y medio la guerra en Ucrania, iniciada por la injusta agresión de Rusia; y hace un par de semanas estallaba la guerra de nuevo en plena Tierra Santa, provocada esta vez por la acción terrorista, e inhumana de Hamás contra Israel.

La paz es necesaria

Es fácil dejarse llevar por el pesimismo. Pero la paz es posible, necesaria y apremiante. La primera acción en favor de la paz es la oración confiada e insistente a Dios por la paz. La paz es un don del amor de Dios. Jesús, el Príncipe de la Paz, es quien puede dar la auténtica paz. Esta paz es mucho más que la paz externa, social o política o la simple ausencia de conflictos. Para ser plenamente humana, la paz nace de la reconciliación con Dios, con uno mismo, con las personas, con la sociedad y entre los pueblos. La paz es a la vez tarea de todos. Ha de ser construida día a día con la implicación de todos.

Hemos de promover la verdad, para ser rectos y honrados en el pensamiento y en la acción. A la verdad ha de unirse el compromiso por la justicia que pide el respeto exquisito de la dignidad, la vida, los derechos inviolables y la libertad de todo ser humano. Pero no se puede construir la paz en el mundo sin amor sincero hacia todos. La justicia por sí sola no podrá asegurar la paz. La verdadera paz florece cuando en el corazón se vence el egoísmo y el afán de poder y de tener.

Obispo de Segorbe-Castellón

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