Opinión | Punto de vista

Perdona y sigue con tu vida

El perdón es liberarse del pasado. Perdonar no implica olvidar. No reaccionar con negatividad no quiere decir que no respondas a los actos o que dejes que te hagan daño de nuevo, no significa que no busques justicia o que el autor no sea castigado.

Allí donde haya una mala acción, puede ser necesario adoptar una contramedida adecuada para detenerla. No obstante, uno puede elegir no sentir ira ni odio hacia el actor. Aquí es donde radica el poder del perdón, en no olvidar la humanidad de la persona, a la vez que respondemos a la maldad con firmeza. Sin perdón, permanecemos atados a la persona que nos ha hecho daño. No perdonar es una actitud muy negativa que nos roba la capacidad de disfrutar y de apreciar nuestra vida, porque nos vemos atrapados en un pasado lleno de ira, rencor y amargura. Cuando perdonas dejas atrás el ayer y aprecias el presente.

Yo soy feliz porque elijo serlo. Todos tenemos algo o mucho de lo que arrepentirnos y disculparnos para tranquilizar nuestra conciencia. Concédete el perdón por el papel que hayas desempeñado en un problema negativo. Si perjudicas a otro, repara la culpa, es un signo de madurez. Reconoce que eres un ser humano y que es inevitable que no se cumplan todas tus aspiraciones. Herirás y te harán daño. Contempla la humanidad que compartes con la persona que te hizo daño y perdónala.

Si eres capaz de aceptar vuestra humanidad compartida, te desharás de tu presunto derecho a la venganza y perdonarás en vez de tomar represalias.

Una vez hayas perdonado a una persona, debes tomar la importante decisión sobre si quieres renovar la relación con ella o romperla del todo. Y seguir con tu vida.

Notario y doctor en Derecho