¿Cómo superar una ruptura de pareja?
El duelo de pareja se puede producir en ambos miembros, independientemente de si te han dejado o has sido tú quien decidió dejarlo
José M. Tovar
Cuando sufrimos la pérdida de un ser querido, ya sea un familiar, una pareja, una mascota, etc., decimos que se ha iniciado un proceso de duelo. El duelo puede generarse por el fallecimiento o la ruptura de una relación con ese ser querido. En este caso, nos centraremos en el duelo de pareja, el cual se puede producir en ambos miembros, independientemente de si te han dejado o has sido tú quien decidió dejarlo.
En primer lugar, debemos aclarar que el duelo no se desarrolla de igual manera en todas las personas, y aunque existen unas fases definidas clínicamente en este proceso, no siempre aparecen en el mismo orden ni se identifican toda, ya que depende de cada persona y sus circunstancias. En consulta, es más habitual encontrarnos con la persona a la que han dejado, encontrándose ésta en un estado de shock, confusión y bloqueo, a lo que llamamos fase de negación. Cuando la ruptura se produce de forma súbita y sorpresiva, este miembro de la pareja puede tardar días, semanas o meses en encajar la noticia.
Una vez la persona es consciente de lo que está pasando, comienza una lista interminable de preguntas del estilo: “¿Qué será de mi ahora? ¿Qué he hecho para merecer esto? ¿Cómo se lo cuento a mi familia? ¿Por qué nada me sale bien?”. En esta fase se empiezan a apreciar sentimientos de tristeza, apatía, desesperanza, abatimiento, reducción de actividades de ocio, aislamiento social, etc. Es algo completamente normal estar triste después de sufrir una ruptura, y esta tristeza cumple una función muy importante: estar vivo. No podemos evitar estar tristes cuando nos han roto el corazón, es importante entender que esa tristeza nos ayuda a asumir la realidad y es la primera piedra que ponemos para superar la ruptura.
Una forma de afrontar este inicio del duelo es aplicando un contacto nulo o muy limitado con la otra persona. Esto nos ayuda a tomar distancia tanto física como virtual, ya que actualmente tenemos acceso a observar la vida de los demás a través de redes sociales, por lo que no sería suficiente con no llamarle o no quedar en persona, sino también de no estar pendiente de su día a día de forma virtual. ¿Debe ser esto definitivo? En absoluto, pero en esta fase de alta vulnerabilidad puede que sea lo más conveniente. Está claro que, si hay hijos en común o tu expareja es también tu compañero de trabajo, esta medida es más complicada de cumplir, pero intentaríamos limitar al máximo posible las interacciones con esa persona.
¿Cuándo sabemos que hemos superado a nuestra pareja?
La pregunta del millón. Entendemos como superación cuando hemos reestablecido nuestra rutina por completo, y exponernos a hablar de la ruptura no supone un impacto emocional tan intenso como para fastidiarnos el día. Añadimos esa relación a nuestro álbum de vida, como una etapa más, sin tratar de evadir este suceso. Aquí, en este punto, podemos hablar de aceptación, que es la última fase del duelo, porque olvidar es imposible.
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