El cineasta Luis García Berlanga mantuvo con la provincia de Castellón una intensa relación de amor, en los últimos años no correspondido. Su encuentro con nuestra tierra vino de lejos. Se produjo cuando rueda en Benicàssim Novio a la vista, en 1954, quedando fascinado por nuestro litoral.

De ahí que en 1956 decida rodar en Peñíscola Calabuch, una fábula de buenas intenciones con trasfondo de antiimperialismo yanqui. Pero el vínculo definitivo con la provincia se cerró a principios de la década de los 60, cuando fijó su residencia de verano en Orpesa, cerca de Peñíscola y Benicàssim, sus dos poblaciones totems a las que brindaría muestras de fidelidad. Su villa de Orpesa fue foro de tertulias y diálogo, con la presencia de actores, directores e intelectuales como Amparo Soler Leal, José Luis López Vázquez y Juan Antonio Bardem (que también veraneaban en Orpesa), el guionista Rafael Azcona… y muchos personajes que configuraban su universo.

Fue, asimismo, uno de los impulsores del Festival de Comedia de Peñíscola, cuyas tres primeras ediciones se celebraron en Benicarló. En el año 1998 rueda también en Peñíscola y en otros escenarios, como Vinaròs y Les Coves de Vinromà, París-Tombouctú.

Su desencuentro con Oropesa comienza cuando se opone frontalmente al desarrollo urbanístico de su litoral y con la expansión del turismo en toda la zona.

La muerte de García Berlanga ha causado consternación en la provincia. El alcalde de Benicàssim, Francesc Colomer, no solo destacaba sus valores “como cineasta y su contribución a la cultura cinematográfica”, sino también “la defensa del carácter valenciano y su concepción estética de la vida”. El alcalde de Peñíscola, Andrés Martínez, tras señalar que “ha sido una gran pérdida” y recordar que “solo hace cuatro años tuve la oportunidad de conocerlo personalmente”, dijo que Berlanga “quería mucho a Peñíscola”, para concluir: “Era un gran intelectual”. El vicepresidente de la Diputación y diputado de Cultura, Miguel Ángel Mulet, tildó a Berlanga como “gran creativo en el cine”, y exaltó “sus lazos con la provincia”. Hasta siempre, Mr. Berlanga. H