Los Miura ‘vuelan’ en el encierro y dejan dos castellonenses heridos

Cuando el portón de los corrales echó el cerrojo ayer en Pamplona, en Castellón suspiraron aliviados. Sonó después la llamada de rigor, tranquilizadora en todos los casos pero en mayor medida en el de las familias de los dos heridos de la provincia (M.J.F., de 26 años, y J.L.O., de 48). Algunos, con más suerte, pudieron abrazar a los suyos tan solo minutos después. Una comunicación que ponía fin a días de angustia alrededor de las 8.00 horas, cuando se jugaban la vida en los encierros de San Fermín.

Lo hicieron por última vez ayer, 14 de julio. La despedida de Pamplona se convierte en una bienvenida en Castellón. El adiós con los sanfermines 2017, porque a los sanfermines en general nunca se les dice adiós, se hacía más especial al ser con el hierro de Miura, que a la postre encarnaron la carrera más rápida de la edición. Y los de Lora del Río respondieron con nobleza en un encierro no exento de tensión y peligro, pero sin cogidas por asta.

Los corredores de casa mantuvieron sus atuendos típicos. También sus posiciones en el recorrido. Se echa de menos ya hoy ver a Marabello, de les Alqueries, en la primera línea de la Cuesta. Saludó al Miura que abría la manada, que enfiló Santo Domingo agrupada con dos por delante y cuatro por detrás, con Antonio Oset, de Betxí, en la parte derecha.

También se notará la ausencia de Alberto Guillamón Torrechiva en Mercaderes, donde ayer corrió paralelo al Miura que se quedó descolgado unos metros de sus hermanos en ese tramo. Los miuras tomaron Estafeta muy agrupados, dejando de lado a los cabestros. El castaño fue abriendo en un juego de colocaciones en las que los mozos intentaron probar suerte. Muy cerca de sus riñones los tuvo Samuel Valero, a quien en Almassora ya esperan ver en la edición del 2018, y complicado le resultó ayer a Mateo Ferris en la misma zona que eligió Nacho Marín. Él, que hace posible lo imposible. Desde hoy ya solo queda imaginar las grandes carreras del ondense.

Disfrutó el almassorí Sergio Pérez, con la familia atenta a sus movimientos, en Telefónica. Un tramo en el que ayer hubo mayor tragedia que otras mañanas. Los toros sevillanos perdonaron cornadas seguras y aseguradas en momentos como el que se registró en el vallado, cuando la manada arrolló, aprisionó y elevó a un grupo de mozos arrinconados en las tablas de la parte derecha.

No menos sustos se vivieron en el callejón, por donde los seis Miuras pasaron cinco por delante y uno cerrando. A los 2 minutos y 10 segundos ya estaban dentro de los chiqueros. Y la sensación de tristeza que respiraba Pamplona en la mañana del pobre de mí, se hacía alegría en la provincia.

PARTE DE HERIDOS // Los dos castellonenses heridos --del total de 14 registrados en la carrera-- fueron trasladados al Complejo Hospitalario de Navarra y dados de alta durante la mañana. Según fuentes hospitalarias, J.L.O., de 48 años y vecino de Altura, fue trasladado desde Estafeta con traumatismo cráneo y lumbar; mientras que del tramo de Telefónica evacuaron a M.J.F., de 26 años de Castellón, con un serio traumatismo craneoencefálico.