Hubo un tiempo en el que la industria del videojuego estaba enfocada prácticamente a los hombres. Ahora el panorama está cambiando diametralmente. Según la Asociación Española de Videojuegos (Aevi), durante el 2015 había 15 millones de usuarios en España. Un 47% era mujer. Pero, a pesar de ser casi la mitad, muchas admiten que han sido acosadas o boicoteadas en este terreno solo por su sexo.

Además, el porcentaje de usuarias se reduce al 10% cuando se habla de participantes en las ligas profesionales y solo el 5% de los programadores en esta industria es mujer. Datos que demuestran el desequilibrio que aún existe y que aparecen en el documental Mujeres+Videojuegos. Su creadora, Marina Amores, es comunicadora audiovisual y la organizadora de Gaming Ladies, un encuentro solo para mujeres que tendrá lugar el próximo 27 de julio en Barcelona.

DOMINIO MASCULINO

Inés Alcolea es responsable de comunicación en Digital Legends Entertainment, una empresa de shooters para móviles. Antes trabajó como community manager y fue responsable de prensa de Wizards of the Coast en España. Una carrera muy centrada en «un ambiente que tradicionalmente está dominado por los chicos», reconoce.

«Yo he sufrido varios casos de acoso por representar un producto que en teoría siempre se ha visto para chicos tanto en las redes sociales como en contacto con prensa. Tenía que demostrar constantemente que sabía jugarlo y que además lo hacía desde hacía tiempo. Creo que es un sector al que aún le queda mucho por madurar y, sobre todo, por aceptar que una chica está en un puesto porque ha demostrado que vale para tal, no por su sexo o físico», afirma tajante.

Su empresa tiene uno de los porcentajes más altos de trabajadoras en el estudio. «Pero, a pesar de que esta se esfuerce por que tus condiciones sean justas, son los mismos usuarios los que menosprecian tu trabajo y valía, poniéndote en duda muchas veces o incluso dando por sentado que pueden acosarte en tu vida privada para conseguir lo que quieren. A mí me han llegado a preguntar en entrevistas si realmente juego a los juegos que represento o se ha dado por supuesto que soy lesbiana», asegura.

QUEDA MUCHO CAMINO

Que casi la mitad de las jugadoras sean mujeres,pero haya tan pocas profesionales en campos como la programación parte también de este acoso. «A nivel profesional hay menos mujeres porque es más duro. Como jugadora siempre puedes dejarlo, pero si te dedicas profesionalmente a ello es más complicado», denuncia.