Taxi

La carrera de un taxista para devolverle a una clienta 1.350 euros en Galicia

La mujer perdió una cartera con dinero en el coche del conductor, que no cesó hasta entregársela

José Fortes y Cayetana Montenegro, con la cartera que perdió en el taxi.

José Fortes y Cayetana Montenegro, con la cartera que perdió en el taxi. / MARTA G. BREA

Carolina Sertal

Cayetana Montenegro se subió, en Vigo, al taxi ajetreada con una cartera en la mano y pasó el trayecto de charla con el conductor del servicio. En el pequeño complemento llevaba un sobre con el dinero de una venta de unos audífonos que debía ingresar en el banco. Poco después, la mujer se llevó un gran disgusto al darse cuenta de que ya no tenía la cartera con ella. Y no era para menos, puesto que la cuantía que guardaba en su interior ascendía a 1.350 euros.

Paralelamente, mientras esta mujer de Vigo lamentaba la pérdida, José Fortes, el taxista, continuó su camino hasta el centro médico El Castro, en donde recogió a su siguiente cliente. Nada más sentarse en los asientos traseros, este le indicó al taxista que alguien se había dejado olvidada una cartera en el vehículo y José pensó inmediatamente en Cayetana. Fue al dejar a aquel cliente en su destino cuando este taxista de Vigo inició lo que él mismo define como su “trabajo de detective”:

"Yo no me di cuenta de que se había quedado allí la cartera y como en estos 25 años de profesión no es la primera vez que me pasa que algún cliente pierde algún objeto en mi taxi, empecé como siempre a hacer de detective privado"

“Yo no me di cuenta de que se había quedado allí la cartera y como en estos 25 años de profesión no es la primera vez que me pasa que algún cliente pierde algún objeto en mi taxi, empecé como siempre a hacer de detective privado, después de guardarla bien en un compartimento del maletero, y lo primero que hice fue repasar mentalmente la lista de todas las personas que había llevado aquel día. Avisé a la central y como estaba casi seguro de que pertenecía a la última mujer que había llevado me dirigí a la calle Zamora para preguntar por allí si alguien la conocía”.

Uno de los primeros lugares en los que preguntó fue en el popular Mesón Orensano, acertando de lleno, puesto que allí le confirmaron que conocían a Cayetana y que vivía en la zona, aunque no sabían en qué piso exactamente. “La estuve buscando por la zona y dejé mi tarjeta en el bar para que se la dieran en cuanto la vieran y me pudiera localizar para devolverle la cartera con el dinero. Al pasar una semana, como no recibía ninguna llamada, yo ya estaba pensando en llevar todo a la Policía Local, pero finalmente Cayetana se puso en contacto conmigo y, aunque no trabajaba y estaba en Pazos de Borbén, le dije que estuviera tranquila que iba a llevársela porque, oye, nunca sabes qué falta le puede hacer a alguien el dinero”.

"Le invité a una caña y le di una propina de 50 euros por su amabilidad, porque realmente lo merecía"

Cuando José Fortes apareció esta misma semana con el complemento negro en la mano para devolvérselo a su dueña, Cayetana Montenegro casi se echa a llorar, pero le dio un inmenso abrazo de agradecimiento, de alegría al disponer de su dinero, pero también al ver que todavía queda gente tan buena como este taxista. “Estuvo toda una semana con el dinero, sin tocarle para nada... y aún por encima me hizo el favor de traérmelo a casa, es que fue un cielo, ya no queda gente así; casi lloro cuando me lo trajo, le invité a una caña y le di una propina de 50 euros por su amabilidad, porque realmente lo merecía”, cuenta esta viguesa que está inmensamente feliz de haber recuperado sus pertenencias.

Tras una semana a la carrera e incluso haberse quedado a comer por la zona por si la veía, José Fortes firmó un final feliz con Cayetana al salvarle el disgusto que se había llevado: “No tenía por qué haberme dado ninguna propina, yo lo hice porque entiendo que le puede pasar a cualquiera y el dinero no era mío, lo mínimo es hacer las cosas bien. Su cara cuando le llevé la cartera fue lo mejor, quedó encantada, y yo también por haberla encontrado y haberle devuelto lo que era suyo”, concluye el taxista.

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