Informe internacional

La Unesco alerta del uso de la tecnología en colegios e institutos

“La distribución de ordenadores entre los alumnos no mejora el aprendizaje si los docentes no participan en la experiencia pedagógica”, recuerda el organismo, que pide una regulación específica

Unos alumnos consultan sus móviles, en clase.

Unos alumnos consultan sus móviles, en clase. / ALBERT BERTRÁN

Olga Pereda

La alfabetización digital es imprescindible, y las aulas deben incluir la tecnología. Pero la digitalización escolar exige prudencia y el respaldo de unas normas claras. Jamás la educación 'online' debe sustituir a la presencial y dirigida por docentes. Así lo dictamina la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unescoen un nuevo informe mundial, donde exige un uso adecuado de la tecnología en la educación y que los profesores reciban formación adecuada, incluidas las competencias en ciberseguridad.

La Unesco pide mayor evidencia científica sobre los beneficios de la digitalización e insiste en el sesgo de los estudios que provienen de empresas tecnologías

De momento, según los técnicos del organismo internacional, las escuelas carecen de una reglamentación concreta, así que insta a los gobernantes a establecer condiciones para el uso de la tecnología en la educación. La Unesco pide que se tenga en cuenta que “la distribución de ordenadores entre los alumnos no mejora el aprendizaje si los docentes no participan en la experiencia pedagógica”.

“La revolución digital contiene un potencial inconmensurable. Pero se debe emplear para mejorar las experiencias de aprendizaje y para el bienestar de estudiantes y docentes, no en su detrimento”, advierte Audrey Azoulay, directora general de la Unesco. “Hay que anteponer las necesidades del estudiantado y apoyar a la docencia. El mundo online no sustituye a la interacción humana”, concluye.

“Los teléfonos inteligentes han demostrado ser una distracción del aprendizaje y, sin embargo, menos de una cuarta parte de los países prohíben su uso en las escuelas”. Informe de Unesco sobre la educación en el mundo 2023

El serio aviso de la Unesco se suma al amplio historial registrado este año pidiendo frenar un poco la revolución digital entre el alumnado. A principios de año, las escuelas públicas de Seattle (EEUU) presentaron una demanda contra los gigantes tecnológicos detrás de TikTok, Instagram, Facebook, YouTube y Snapchat por la crisis de salud mental entre los jóvenes. Hace unas semanas, el Gobierno neerlandés emitió una directiva nacional para las escuelas de Países Bajos indicando que los estudiantes no deben llevar a las aulas móviles, tabletas ni relojes inteligentes a menos que haya una razón especial para hacerlo. ¿El motivo? "Distraen y hacen que los alumnos rindan peor", alegaron.

Por su parte, Suecia ha echado el freno a su plan de digitalización de las aulas, que debía acelerar este 2023. El país llevaba meses debatiendo y cuestionando el papel de los ordenadores y las pantallas en las aulas de las escuelas hasta que, el pasado mayo, la ministra de Educación, Lotta Edholm, anunció que dejaba en suspenso la estrategia de digitalización de las aulas que el pasado diciembre había aprobado la Agencia Nacional de Educación. Sin que haya una directiva política de por medio, familias y profesores de Greystones, un municipio irlandés de poco más de 14.000 habitantes, se han puesto de acuerdo para restringir el acceso al teléfono móvil a los menores de 12 años.

España

En España, salvo Madrid y Galicia -donde la normativa autonómica prohíbe expresamente el uso del móvil- la regulación de las pantallas en colegios e institutos depende de los centros, que gozan de autonomía. El estudio ‘Las TIC y su influencia en la socialización adolescente’, realizado en 2019 por la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción, confirmó que el 15% del los adolescentes entre 14 y 16 años “están pendientes” del móvil en clase. Más allá del móvil, en las aulas de secundaria se vive un considerable descontrol digital dado que cada alumno suele tener su ordenador. El Departament d'Educació creó en 2021 la figura del mentor digital y habilitó a 272 especialistas para formar docentes y acompañar en la digitalización de los centros.

Exceso de tecnología

Titulado “Tecnología en la educación: ¿Una herramienta en los términos de quién?” y presentado hoy en Montevideo (Uruguay), el informe de la Unesco sobre la educación en el mundo traslada a los gobernantes internacionales varias reflexiones. “El uso de la tecnología puede mejorar ciertas formas de aprendizaje en algunos contextos”, sentencian los autores. Ahí está la pandemia y el cierre físico de las aulas para confirmarlo. Sin embargo, el informe añade que los beneficios del aprendizaje desaparecen si la tecnología se utiliza en exceso o en ausencia de un docente calificado. “Los teléfonos inteligentes también han demostrado ser una distracción del aprendizaje y, sin embargo, menos de una cuarta parte de los países prohíben su uso en las escuelas”, añade.

“Debemos enseñar a los niños y las niñas a vivir tanto con la tecnología como sin ella”. Manos Antoninis, director del informe de Unesco

“Debemos enseñar a los niños a vivir tanto con la tecnología como sin ella”, explica Manos Antoninis, director del informe. El estudio insiste en lo imprescindible que resulta en 2023 la alfabetización digital, pero recuerda que no hay que pasar por alto la alfabetización básica, que es fundamental para la aplicación digital. 

Durante la pandemia, recuerdan los técnicos de Unesco, la transición acelerada hacia el aprendizaje 'online' dejó fuera del sistema a 500 millones de estudiantes en todo el mundo, sobre todo, los de familias más humildes y los que viven en zonas rurales. El organismo se pone como límite el año 2030 para que no haya ni una sola escuela que carezca de acceso a internet.

Evidencia científica

La Unesco pide también mayor evidencia científica sobre los beneficios de la digitalización e insiste en el sesgo que hay cuando los estudios solo provienen de empresas tecnologías. El organismo cita un informe estadounidense What Works Clearinghouse, que señala que menos del 2% de las intervenciones educativas evaluadas tenían “evidencia fuerte o moderada de efectividad”. 

En la actualidad, advierte el estudio de la Unesco, solo el 16% de los países garantizan por ley la privacidad de los datos en la educación. El organismo alerta de que el 89% de los 163 productos tecnológicos educativos que se utilizan en la actualidad pueden sondear a los niños. Además, 39 de los 42 Gobiernos que impartieron educación online durante la pandemia fomentaron usos que “ponían en riesgo o vulneraban” los derechos de la infancia.