Iglesia católica

Las reliquias de la Catedral de Murcia: un cráneo en el pecho y 'leche' de la Virgen que es cal de su casa

La supuesta muestra láctea de la madre de Jesús en verdad es un trozo de pared arrancado de su vivienda en Nazaret

"Se diluía en agua y la creencia común era que beber ese líquido favorecía la fertilidad", dice el canónigo Ibáñez

Hay un retablo del siglo XVI, al entrar por la puerta de la Cruz, ante el cual aún hoy en día mujeres embarazadas se encomiendan, comenta José Antonio Ibáñez.

Hay un retablo del siglo XVI, al entrar por la puerta de la Cruz, ante el cual aún hoy en día mujeres embarazadas se encomiendan, comenta José Antonio Ibáñez. / Juan Carlos Caval

La Santa Iglesia Catedral de Santa María, en Murcia, alberga en su interior diferentes reliquias. Una de ellas es la ‘leche’ de la Virgen, aunque no se trata de una muestra láctea de la madre de Jesús: es cal de la casa de María en Nazaret. Así lo explicaba este martes a La Opinión de Murcia, del grupo Prensa Ibérica, José Antonio Ibáñez, canónigo de la Catedral. 

En el templo de Belluga "desde hace siglos hay una devoción muy grande a la Virgen de la Leche", apunta Ibáñez, en conversación La Opinión de Murcia. En este sentido, recuerda que en el museo ubicado en el interior de la Catedral hay un retablo de Bernabé de Módena, genio del Trecento italiano, dedicado a esta advocación de la Madre de Dios. Asimismo, hay un relieve, hecho por el maestro Francisco Salzillo, que también la representa en el acto de amamantar al Niño Jesús.

Una mujer, este martes ante el retablo de Bernabé de Módena, genio del Trecento italiano, en el museo de la Catedral de Murcia.

Una mujer, este martes ante el retablo de Bernabé de Módena, genio del Trecento italiano, en el museo de la Catedral de Murcia. / Juan Carlos Caval

"Y un retablillo del siglo XVI, al entrar por la puerta de la Cruz, donde el otro día una mujer embarazada venía a encomendarse", comenta José Antonio Ibáñez, para poner en valor la fe que siguen teniendo las murcianas en la Virgen de la Leche.

No obstante, lo que se conserva en el museo catedralicio, en el interior del relicario, no es leche: detalla el canónigo que es cal que "la gente que iba a Tierra Santa traía de la pared de la casa de la Virgen", un lugar que aún hoy en día se puede visitar en Nazaret.

Fuera de lo que es el museo, en el trascoro de la Catedral de Murcia, hay una capilla que tiene numerosos relicarios, apunta el canónigo Ibáñez.

Fuera de lo que es el museo, en el trascoro de la Catedral de Murcia, hay una capilla que tiene numerosos relicarios, apunta el canónigo Ibáñez. / Juan Carlos Caval

"Esa cal se diluía en agua y la creencia común es que beber ese líquido favorecía la fertilidad de las mujeres", manifiesta. De ahí que comenzase popularmente a "relacionarse con la leche de la Virgen, pero no es la leche", deja claro el religioso.

"A raíz de esa devoción, a la Catedral llegó una reliquia traída de Tierra Santa, de la casa de la Virgen, y está en el museo", prosigue Ibáñez, quien destaca que en el templo hay más vestigios sagrados dignos de mención

Y es que a raíz del Concilio de Trento (desarrollado entre los años 1545 y 1563) se potenció la veneración de las reliquias de santos y mártires. 

En el caso de la Santa Leche que se custodia en Murcia, procede Nápoles, el Santo Padre Paulo V mandó que se entregase a Juan Alfonso Pimentel, virrey de Nápoles, y luego pasó a manos de Mariana Engracia de Toledo y Portugal, dama de honor de la reina de España Mariana de Austria y aya del rey Carlos II. La cortesana fue quien decidió que, a su muerte, se donase la reliquia a Murcia. Llegó, entre vítores, en septiembre del año 1715. 

Además, en la Catedral de Murcia hay restos de San Fulgencio y Santa Florentina (junto a San Leandro y San Isidoro, conocidos como los Cuatro Santos de Cartagena) en una urna de plata en el altar mayor. Y en la sacristía hay un Lignum Crucis (trozo del madero en el que crucificaron a Jesús), comenta Ibáñez. 

Un cortesano cuyo nombre no ha trascendido fue quien, allá por 1607, donó el cráneo de San Prisciliano en el interior de un busto. El busto es el relicario y está hecho de madera policromada. Es una de las imágenes que más impactaban (y hasta llegaban a perturbar) a los visitantes que este martes por la mañana se dejaban caer por el museo. 

También se expone ahí la campana de La Mora, de las más antiguas de España y uno de los misterios de la Catedral de Murcia. En su inscripción pone que es data de 1383. Lleva grabada la siguiente leyenda en latín: "Ecce signum, fugite partes adversae, vicit leo de tribu Judá, radix David. Aleluya". Dicen los entendidos que la sentencia sirve para ahuyentar todo lo malo, epidemias y catástrofes incluidas. Además, la campana tiene una estrella de cinco puntas. La Estrella de David. El Pentáculo. Lo cual incrementa la pátina de misterio que la empapa. 

Asimismo, se exponen las joyas de la Fuensanta, valiosas piezas que en tiempos (allá por 1977) fueron robadas, pero que se recuperaron entre 2015 y 2018 gracias al buen hacer de los investigadores de la Benemérita. 

El museo de la Catedral de Murcia abre este verano de martes a sábado, de diez de la mañana a cinco de la tarde. 

Fuera de lo que es el museo, en el trascoro, hay una capilla que tiene numerosos relicarios, apunta el canónigo Ibáñez. "Cuadros hechos de huesos", destaca. 

El andamio avanza

El gran andamio que cubrirá la fachada de la Catedral de Murcia durante al menos un año, mientras se desarrollen los trabajos de rehabilitación del imafronte, ya tiene una altura de más doce metros, de los 32 que tendrá en total.

Andamio de la Catedral, en una foto mandada por Orthem.

Andamio de la Catedral, en una foto mandada por Orthem. / Juanchi López

Además, ya se han instalado dos plataformas para las visitas guiadas y cinco para los trabajos de rehabilitación, de las 7 y 16 que tendrán respectivamente. "Los trabajos se están desarrollando con total normalidad", dice el jefe de obra.