Debate sobre el horario escolar

Daniel Gabaldón: "A la secundaria le conviene la jornada partida, pero, si tiene que ser intensiva, que sea vespertina"

"Los estudios no apuntan en ningún caso que la jornada continua sea más beneficiosa para los alumnos", destaca el profesor de Sociología de la Educación en la Universidad de Valencia, experto en el estudio de los horarios en las escuelas

Dos alumnos sentados en un banco frente a su instituto en Barcelona.

Dos alumnos sentados en un banco frente a su instituto en Barcelona. / Jordi Otix

Helena López

Marta Ferrero, vicedecana de investigación y transferencia en la Facultad de Formación de Profesorado y Educación de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM); y Daniel Gabaldón, profesor de Sociología de la Educación en la Universidad de Valencia, experto en el estudio de los horarios en las escuelas, son tajantes: "los estudios no apuntan en ningún caso que la jornada continua sea más beneficiosa para los alumnos; y ésta lleva décadas expandiéndose en las escuelas públicas de primaria de toda España [excepto en el País Vasco y Cataluña, únicas dos comunidades en las que la jornada de los niños y niñas hasta los 12 años sigue siendo partida de forma universal].

"Los estudios no apuntan en ningún caso a que la jornada continua sea más beneficiosa para los alumnos"

Así lo han expresado en la sesión de trabajo 'Jornada escolar continua o partida, ¿qué dicen los estudios?' organizada este martes por el Science Media Centre España; en un encuentro centrado sobre todo en primaria, pero en el que también se ha hablado de la ESO, etapa educativa en la que sí es generalizada la jornada continua en la escuela pública también en Cataluña, pese a que la orden de calendario diga lo contrario.

Gabaldón lo tiene claro: "A la secundaria le conviene también la partida, pero, si tiene que ser intensiva, que sea vespertina", zanja provocador el sociólogo, argumentando que así los adolescentes pueden descansar por la mañana y por las tardes "ven menos a sus padres, que a esa edad, les parece estupendo", bromea.

Bromas aparte, los pediatras especialistas en sueño insisten en que el reloj biológico durante la adolescencia se va retrasando; aproximadamente dos horas en las niñas y tres horas en los niños, por lo que es antinatural hacerles entrar al instituto a las ocho de la mañana

Ferrero no se expresa de forma tan contundente, pero sí se muestra "completamente convencida de que merece la pena dar una vuelta a los horarios de la secundaria". "Tenemos unas cifras muy preocupantes de abandono escolar temprano y, aunque no se puede relacionar directamente una cuestión con la otra; a las ocho de la mañana tienes al alumnado adormecido, y eso seguro que no ayuda a descubrir lo que te gusta", relata añadiendo que hay mucha investigación que nos está diciendo que no es óptimo que los alumnos de secundaria empiecen tan temprano. Investigaciones, recuerda Gabaldón, que están en manos de las consejerías de Educación"Los datos, los tienen".

"Hay mucha investigación que apunta a que no es óptimo que los alumnos de secundaria empiecen tan temprano"

Impacto en la brecha de género

Volviendo a la educación primaria, la investigadora de la UAM señala que hay estudios que demuestran que en aquellos centros que tienen jornada continua las mujeres cogen más reducciones de jornada para poder llegar a recoger a sus hijos a la escuela a mediodía.

Sí hay países en los que los niños vuelven a casa a las dos, ¡pero ya comidos; no es lo mismo!

"Y hay algún estudio que sí apunta que la jornada continúa impacta negativamente en el rendimiento académico, pero es difícil separar el efecto clase social; ya que los primeros centros que se han acogido a la jornada continua son los que tienen un perfil de alumnos de clases sociales más bajas", asegura Ferrero, quien pone sobre la mesa también la brecha que esa jornada abre entre la educación pública y la privada-concertada, que mayoritariamente sigue haciendo jornada partida. 

Según prosigue la investigadora, además, "la jornada partida parece que se adapte mejor a las curvas atencionales". En esa misma línea, Gabaldón señala que "la primera hora de la tarde es mejor que la última de la mañana; hemos cambiado una hora mediocre, por una hora fatalmente mala".

La primera hora de la tarde es mejor que la última de la mañana; hemos cambiado una hora mediocre, por una hora fatalmente mala

Más allá del rendimiento académico, Ferrero pone otra cuestión sobre la mesa: hay varios estudios que demuestran que un mayor tiempo de permanencia en la escuela previene de muchas cuestiones no deseables sobre todo en niños y niñas de entornos más vulnerables. 

Comparaciones con trampa

En cuanto al argumento de que la jornada intensiva "nos acerca a Europa", los dos investigadores niegan la mayor: "¡En Europa no se está haciendo así!", subraya. "España es una anomalía, es uno de los país con más horas diarias de clase. Son más horas, y además concentradas todas en una franja horaria, lo que provoca unas jornadas maratonianas", concluye Ferrero. "Sí hay países en los que vuelven a casa a las dos, ¡pero comidos; no es lo mismo!", zanja Gabaldón.

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