Tenía miedo, pero no dijo de quién. Carla fue hallada muerta ayer bajo una higuera a 10 kilómetros de su domicilio de Alzira (Valencia). La encontraron dos ciclistas que paseaban por el paraje natural de la Font del Garrofer. La joven, de 19 años, estaba destrozada. Le habían golpeado hasta desfigurarle la cara, tenía tres cuchilladas en el pecho y presentaba signos de que le habían degollado.

Mientras la policía investiga en el entorno más próximo de la víctima (la Ser anunció anoche la detención del novio de la joven) y asegura que está cerca de resolver el caso, los testimonios dicen que Carla salió de paseo con unas amigas el lunes por la noche. En un momento se separó de ellas y no volvió a casa. Sus padres alertaron a la policía, que rastreó sin éxito la localidad hasta la madrugada. A las ocho de la mañana de ayer los ciclistas hicieron el descubrimiento.

DISCUSIÓN Los investigadores sospechan que Carla subió a un coche que la condujo hasta el lugar de su muerte. El delegado del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Antoni Bernabé, confirmó que el cadáver presentaba "tres heridas realizadas con objetos punzantes" y golpes, y aseguró que "se mantienen abiertas varias líneas de investigación".

Un reloj de pulsera arrancado y hallado a pocos metros del cuerpo hace pensar a los investigadores que la joven mantuvo una discusión que se convirtió en pelea con el agresor.

Carla, que trabajaba en una inmobiliaria y pertenecía a una conocida familia de Alzira, avisó el domingo de que tenía miedo y corría peligro, pero sin precisar a quién. El taller de electricidad de su padre estaba ayer cerrado mientras varios amigos de la joven declararon ante la policía por orden del juzgado número 4, cuyo titular ordenó levantar el cadáver a la una de la tarde.

Este crimen es el segundo que altera la vida de esta ciudad de 50.000 habitantes en un mes, después de que, el 1 de mayo, un hombre matara a su exmujer y a dos de sus hijos prendiendo fuego a la vivienda familiar.