"Es una gran alegría". Después de casi mes y medio de pesadilla, los familiares de Fernando, el joven de 26 años de Burriana que permanecía en coma inducido, debatiéndose entre la vida y la muerte, en la UCI del Hospital General, han visto cómo volvía a respirar sin la asistencia de ninguna máquina y abría los ojos. "Un milagro", teniendo en cuenta la gravedad de su situación.

Tal y como expresaron su tío, Juan, y el abogado de la familia, Vicente Chesa, "es importantísima esa mejoría y, con el tiempo, estamos convencidos y mantenemos la esperanza de que él pueda identificar a la persona que le sumió en esa situación", consecuencia de un golpe en la cabeza que recibió en la playa en Burriana, como recoge la denuncia que realizaron al respecto. Sobre las dos de la tarde de ese día --que coincidió con la celebración de un festival de música en la zona cercana a los chiringuitos-- fue atendido por una ambulancia que le evacuó hasta el centro hospitalario.

El joven de 26 años sufrió una fractura en el cráneo que le causó un traumatismo occipital y fractura de peñasco, lo que le ha provocado algunas secuelas, que la gente que le rodea espera que pueda ir superando poco a poco. "Estuvo sedado 38 días, durante los cuales sufrió tres infartos cerebrales, y a partir de entonces, como le dañaba el pulmón y el hígado, le quitaron la respiración artificial y ya ha podido hablar con nosotros, aunque no puede mover bien las dos piernas y no oye del oido izquierdo", explicó su tío, quien se mostró aliviado de que, al menos, "lo más grave ya ha pasado". Su madre no se aleja de su lado. Durante esos interminables 38 días ha estado junto él, angustiada y con la terrible duda de saber cómo llegó su hijo hasta esa cama del hospital.

No recuerda nada

Ahora, desde que salió de la sedación, continúa, todos los momentos que puede, en la UCI del General junto a él, que "de momento no recuerda nada de lo que le sucedió ese día y dice cosas incoherentes, aunque es lo normal en estos casos y esperemos que vaya mejorando", como explicó el familiar, que no esconde su impotencia por la ausencia de testigos que puedan aportar algo de luz al caso, actualmente estancado.

La primera fase de la investigación llevada a cabo por la Guardia Civil concluyó que no se pudo señalar ni identificar al posible autor de la agresión a su sobrino, por lo que el abogado de la familia va a solicitar al juzgado más pruebas en cuanto a un informe médico forense y la declaración de más personas, al tiempo que pide la colaboración ciudadana referente a que si alguien vio algo ese día señalado "lo comunique a la Guardia Civil para declarar, incluso si hace falta, como testigo protegido".

Mientras tanto, al joven le queda una dura rehabilitación por delante. Al cierre de esta edición, estaba a la espera de ser trasladado de la habitación desde la UCI a planta, a la espera de que queden plazas en el Hospital de la Magdalena de Castellón para trasladarlo allí. "Confiamos en que todo vaya a mejor, ahora es cuestión de tiempo", añadieron.