Era un depredador sexual de niños, a pesar de su juventud. Un chico de 19 años aceptó ayer una condena de nueve años de prisión por abusar sexualmente de dos menores y exhibirse ante otros dos en l’Alcora. El acusado, que se sentó en el banquillo de los acusados de la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Castellón, reconoció haber practicado tocamientos, felaciones e, incluso, una penetración, a las víctimas y dijo sentirse “muy arrepentido” de los hechos.

Los abusos se produjeron a finales del 2014, cuando el acusado, que entonces acababa de cumplir la mayoría de edad, se trasladó a vivir a la capital de l’Alcalatén y comenzó a frecuentar locales en los que se reunían adolescentes del municipio. El susodicho entabló una relación sentimental con una joven y, a través de ella, comenzó a acercarse a los distintos menores de su entorno.

SU PRIMERA VÍCTIMA // La primera de sus víctimas fue el hermano de una amiga de su novia. El niño tenía 11 años. El agresor sexual confeso se ganó la confianza de sus padres y acudía al colegio a recoger al menor y lo llevaba a su casa, lugar en el que aprovechaba para quedarse a solas con él para realizar juegos de índole sexual.

En un número indeterminado de ocasiones, besó al niño en la boca y le practicó distintas masturbaciones y felaciones y, a su vez, lo instigaba para que él le hiciera lo mismo. En una ocasión, tumbó al pequeño sobre la cama, le quitó el pijama y se dispuso a penetrarlo, llegando a introducir parte del pene en el ano del menor, que se marchó y se escondió al sentir dolor. Según relata la Fiscalía, el pequeño “tenía un sentimiento de dependencia emocional del procesado, que hacía que el menor sucumbiera a todos sus caprichos sexuales por tener miedo a perder su amistad”.

Poco después, el procesado abusó sexualmente del hermanastro de su novia, de 13 años. Mientras su pareja se estaba duchando, proyectó un vídeo porno y se masturbó en presencia del niño, que, asustado, salió corriendo.

En otra ocasión le enseñó sus partes y le pidió que le hiciera una felación, a lo que el pequeño accedió por la insistencia del acusado. El susodicho frecuentaba, además, una peña de jóvenes de la localidad. En una ocasión pidió a dos de los menores, que eran miembros del local, que lo acompañaran al baño y allí se masturbó en presencia de ambos.

El joven aceptó ayer ser culpable de un delito de abuso sexual continuado con acceso carnal, un delito de abuso sexual, dos de exhibicionismo y otros dos de provocación sexual y un delito de hurto, ya que robó 400 euros a la madre de una de las víctimas.

Los menores, que declararon tras un parabán, únicamente ratificaron ayer lo relatado previamente en sede judicial. El acusado deberá indemnizarlos por los daños morales sufridos. H