Unos 800 vecinos y amigos despidieron ayer a la joven Andrea Carballo Claramonte, de 20 años, en un multitudinario y desgarrador funeral en la iglesia Mayor de Vila-real. La madre de la fallecida, su marido y los hermanos de la víctima recibieron, rotos de dolor, cientos de condolencias y muestras de afecto.

Sus rostros eran el fiel reflejo de la tragedia por la que atraviesan. El silencio, solo roto por las campanas y los sollozos de los allegados, imperó en una despedida en la que se respiraban la tristeza e impotencia de los numerosos asistentes ante una nueva muerte por violencia machista. Un caso que investiga el Juzgado de Instrucción número 1 de Castellón, que se encuentra a la espera de recibir y analizar los informes completos de Policía Nacional y Guardia Civil, según informaron ayer desde el TSJCV.

EL JUZGADO INVESTIGA / Aunque la justicia todavía no ha confirmado que se trata de un crimen de género, las denuncias por maltrato, los incidentes protagonizados por su ex y el testimonio de los testigos apenas dejan lugar a la duda. Los investigadores, como avanzó este diario, lo dan como un caso de violencia machista.

Como publicó ayer este diario, la vila-realense fue raptada a punta de navaja --a primera hora del sábado-- cuando se disponía a ir a su puesto de trabajo en un almacén de Almassora. Su secuestrador no era otro que Víctor Llorens Jordá, con quien la joven había roto en noviembre después de dos años juntos.

El varón, de 29 años, tenía denuncias por violencia de género (tanto de la propia Andrea, como de otra pareja anterior). Según explicó la familia en una entrevista concedida a Mediterráneo, llegó a pinchar las ruedas del coche de Inma Claramonte (madre de Andrea) en dos ocasiones tras ser denunciado ante la policía.

La mañana de los hechos, un vecino vio cómo Víctor Llorens intentaba llevarse a Andrea por la fuerza y alertó a las autoridades. «Se asomó y lo vio a él sujetarla y amenazarla. Para intentar detenerlo, le lanzó una estufa por la ventana hacia el coche, pero él logró huir», explicó la madre de la joven fallecida.

Tras salir de Vila-real, el agresor (que será enterrado hoy a las 12.00 en la capilla del Carmen) se dirigió por la N-340 hacia Benicàssim, donde, a la altura de una gasolinera, el vehículo colisionó contra un surtidor y se incendió. Tanto Andrea como su expareja murieron. La familia de ella cree que el choque fue provocado.