En el Consorcio Provincial de Bomberos no recuerdan un agosto tan accidentado como el de este año por lo que respecta a los rescates de montaña que han requerido de su intervención. «Solo en la última semana han sido 10, aunque seguro que han habido más en los que no ha hecho falta nuestra participación», resaltan, en lo que podría ser una consecuencia probable del aumento de personas que están escogiendo este verano los ríos y el interior para huir de la masificación de las playas.

En esta decena de operativos también llama la atención las veces que ha hecho falta la evacuación en helicóptero, porque varios de los accidentes se han producido en zonas de difícil acceso. Entre ellos, el más complicado ha sido el que se produjo el sábado en Castillo de Villamalefa, cuando una joven que realizaba barranquismo con una empresa especializada cayó al interior de una poza de 70 metros.

Hasta tres horas costó completar el rescate. De manera excepcional, una médico del SAMU, con conocimientos de escalada, descendió junto a los bomberos para realizar la primera asistencia, algo de lo que, por regla general, se encarga la Unidad de Rescate de Montaña. Según comentan fuentes del Consorcio, no existe una coincidencia general en las causas de los sucesos, aunque llaman la atención los casos (tres de los 10) en los que los accidentados «se habían perdido y no llevaban ni agua, algo esencial cuando se sale a la montaña», subrayan.

Tanto como llevar el móvil con batería, porque se ha convertido en la herramienta esencial para dar con la localización exacta de la víctima y agilizar el rescate.