Varios guardias civiles declararon ayer en la segunda sesión del juicio con jurado popular que se sigue en la Audiencia Provincial de Castellón contra un joven magrebí por el asesinato de un compañero de trabajo en Altura. El comandante del puesto de Segorbe recordó que el autor confeso --reconoció que dio dos puñaladas mortales a la víctima en el primer día de juicio-- volvió a la escena del crimen una vez la zona ya estaba acordonada para entregarse. «Vino directo hacia nosotros y dijo que había hecho algo malo, que se había peleado y señalaba a la víctima», declaró el testigo. El guardia civil incidió en que el procesado dijo que quien llevaba el cuchillo era el fallecido y que él solo se había «defendido». «Declaró que la víctima le hacía bullying en el trabajo y que lo habían despedido por su culpa», señaló el comandante de Segorbe.

Otro agente de la Benemérita contó al tribunal del jurado que durante el registro de la vivienda del acusado encontraron el arma homicida, un cuchillo de grandes dimensiones que había ocultado el autor confeso tras el apuñalamiento y que se exhibió ayer al jurado popular en el salón de actos de la Ciudad de la Justicia. «Un compañero de piso del acusado nos dijo que había llegado nervioso a casa y que había tirado algo detrás de la lavadora. En el registro encontramos el cuchillo dentro de una bolsa», explicó un integrante de la Unidad Orgánica de Policía Judicial, encargada de la investigación del asesinato.

EL PRIMER POLICÍA EN LLEGAR

El primer agente en llegar a la escena del crimen, un policía local de Altura, recordó ayer la noche de autos. «Nos llamaron a las 20.40 horas por un altercado. Al llegar, vi a un hombre boca abajo y creí que se había caído o algo así. No respondía a mis preguntas y avisé al 112. Al llegar los servicios sanitarios y la Guardia Civil vimos que tenía heridas por arma blanca», explicó el efectivo municipal.

Entre los testigos citados ayer a declarar también estaba una tía del acusado, con la que mantenía una estrecha relación. Fue ella quien le dijo a su sobrino que acudiera a la policía cuando recibió una llamada en la que lo notó «nervioso» y «asustado». «Un amigo de él me dijo que había tenido una pelea y después, un vecino me contó que la víctima estaba muerta», aseveró a preguntas del Ministerio Fiscal la mujer, que abandonó la sala entre lágrimas y mirando a su sobrino, quien se encontraba esposado y custodiado por dos agentes de la Policía Nacional de Castellón.

LOS HECHOS

Cabe recordar que el procesado, que tenía 18 años recién cumplidos cuando sucedieron los hechos, acudió a casa del encargado de la empresa en la que trabajaba. Ese mismo día habían tenido una discusión laboral y habían echado al acusado.

Tras acudir a su casa y esperarlo, se inició entre ambos una nueva pelea en el transcurso de la cual la víctima recibió dos puñaladas mortales. Las heridas le seccionaron la coronaria y le perforaron un pulmón y el corazón.

El juicio continúa hoy con las periciales forenses y está previsto que el jurado popular comience a deliberar en las próximas horas, tras conclusiones e informes.