Castellón se erige como la provincia donde más casos policiales se resuelven --el 43%, frente al 41% de Alicante y el 37,4% de Valencia-- y sigue siendo, en líneas generales, un pequeño oasis de la delincuencia en la Comunitat Valenciana, con solo 37 delitos por cada 1.000 habitantes. Así lo demuestran los datos hechos públicos ayer por el Ministerio del Interior y relativos al balance anual de la criminalidad.
La tasa delincuencial de la provincia está ahora diez puntos por debajo de la que había en el 2010 y la de detenciones es de 244 personas por cada 1.000 residentes.
La sombra de la pandemia
Sin embargo, aunque la tónica general en la provincia es muy positiva, en 2021 se experimentó un incremento notable de los delitos tras un año, el 2020, seriamente marcado por la pandemia y en el que los confinamientos, cierres del ocio y restricciones en los desplazamientos dejaron todo tipo de ilícitos penales en mínimos históricos. Así, el pasado año la delincuencia subió un 20,7% en Castellón en comparación con el ejercicio anterior. Por localidades, donde más se incrementó fue en Benicarló (+28,8%), seguido de Castelló (+26,2%), la Vall d’uixó (+25,2%), Onda (22,8%), Almassora (+19%), Vila-real (+15,9%), Vinaròs (+11,6%) y Burriana (+3,9%). Este último municipio vive un momento de tranquilidad después de haber sido en los últimos años una de las localidades con mayor índice de criminalidad del territorio provincial.
La estadística, elaborada por el Gobierno, confirma, según dijo ayer la delegada del Gobierno, Gloria Calero, que «la Comunitat es cada vez un territorio más seguro, con la segunda tasa de criminalidad más baja de toda la serie histórica: 44,5 infracciones por cada mil habitantes». El dato solo es superado por el registrado en 2020, el periodo de reducción de la movilidad de la pandemia.
Por lo que respecta a la comparativa de Castellón respecto a la media nacional, la tasa de delitos por cada mil habitantes está por debajo (37 a 41,3).
