La defensa del acusado de intentar matar a otro en el Grau pide la absolución en un juicio lleno de contradicciones

El fiscal pedía 14 años por asesinato en grado de tentativa y tenencia ilícita de armas

El acusado, ante el tribunal de la Sección Primera, este martes.

El acusado, ante el tribunal de la Sección Primera, este martes. / ERIK PRADAS

La defensa del hombre acusado de intentar matar a otro en el Grau de Castelló ha pedido este martes la absolución de su cliente por falta de pruebas. En sus calificaciones provisionales, la fiscalía pedía para él una condena de 14 años por asesinato en grado de tentativa y tenencia ilícita de armas. Sin embargo, en el juicio, celebrado este martes en la Sección Primera de la Audiencia, se han evidenciado múltiples contradicciones.

Los hechos enjuiciados se remontan al 4 de octubre del 2020 cuando dos personas, de origen suramericano, trabajadoras de una empresa de instalación de telefonía, iban a bordo de una furgoneta y, según han testificado, mantuvieron un enfrentamiento verbal con los ocupantes de otro vehículo. Uno de los empleados, que iba conduciendo, aseguró que después de ello prosiguieron el camino en dirección al hotel y que el vehículo iba delante de ellos. Ha asegurado que iban buscando una tienda de alimentación. En un momento dado se metieron en una calle del Grau cerrada con un coche gris o negro --según uno de los dos denunciantes era el mismo con el que antes habían tenido el enfrentamiento, el otro no estaba seguro-- atravesado.

Uno de los testigos, que iba de copiloto, ha asegurado que se agachó en un acto reflejo ante una persona que hacía un movimiento raro y que escuchó un sonido fuerte, una detonación. Sin embargo, no pudo identificar a nadie ni vio ningún arma. "Nunca había escuchado un disparo", ha apuntado, para añadir que "salió mucha gente y empezaron a dar golpes en el coche, vi como una punta en el parabrisas, como hecha cpon un cuchillo", ha señalado.

El piloto del vehículo ha señalado que paró el coche porque el otro estaba obstruyendo la calle, que oyó una detonación, que fue todo muy rápido. También ha indicado que salió un montón de gente, por lo que se subió a la acera dando marcha atrás hizo el giro y se volvió precipitadamente hacia el hotel donde estaban alojados y desde allí llamaron a la Policía. En su huida rompieron mobiliario urbano.

Uno de los agentes del Cuerpo Nacional de Policía que hizo la primera intervención ha señalado que los trabajadores presentaban síntomas de embriaguez, de haber consumido alguna sustancia y que incurrieron en contradicciones y no parecía coherente la explicación. En una inspección ocular del vehículo el impacto del parabrisas no parecía de bala aunque sí podía ser compatible con palos y armas blancas. Tampoco se halló un proyectil en la primera inspección.

De los testimonios de los agentes se desprende que se recibió una llamada en el 112 de una persona notificando un conflicto de tráfico en el Grau con dos individuos de origen latino y se pudo identificar al titular del teléfono desde el que se había hecho la llamada.

Días después los agentes observaron un impacto de bala en la puerta de un centro social del Grau con un proyectil instalado y lo recuperaron. Posteriormente hubo una entrada y registro donde los efectivos localizaron unos vehículos y dentro de una furgoneta hallaron documentación y una bolsa con una pistola plateada. Según han testificado era un pistola modificada de principios del siglo XX con un calibre 44. Es el mismo calibre de la bala que se recuperó en la puerta pero no se puede asegurar que perteneciera a la misma arma, según los informes de balística.

Defensa

La defensa ha señalado que no ha habido pruebas suficientes para inculpar a su cliente de los delitos que se le acusan, que hay contradicciones claras incluso entre los propios denunciantes, agentes y periciales. Asimismo, ha señalado que han sido incapaces de reconocerle. "Mi cliente no era nadie en el procedimiento", ha sostenido. También ha manifestado que la fiabilidad del "testigo anónimo estrella" ha quedado en entredicho, por lo que no se sostiene la acusación de tentativa de asesinato.

Por otro lado, ha aducido, tampoco se sostiene la tenencia ilícita de armas porque en el registro de la vivienda --de la que era morador pero no domiciliado, según aseveró el acusado- solo se halló una navaja que no es un arma prohibida. También descartó relación de la furgoneta con el acusado, ya que el titular era su hijo.

El testigo protegido ha asegurado que no recordaba muy bien lo ocurrido, que sintió un ruido pero que no pudo ver el arma ni recordaba el calibre. El fiscal ha evidenciado que en su primera testifical ante el juez fue bastante explícito, pero no ha quedado evidenciado en la vista.

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