Los forenses ven las lesiones compatibles

Una anciana: «Un repartidor de supermercado de Benicàssim me quitó las bragas y me agredió»

El acusado, 50 años más joven que la mujer, niega el hecho y ella ratifica la acusación 

Imagen del procesado, custodiado ayer por dos agentes de la Policía Nacional.

Imagen del procesado, custodiado ayer por dos agentes de la Policía Nacional. / TONI LOSAS

Un ciudadano colombiano se sentó ayer en el banquillo de los acusados de la Audiencia de Castellón para responder por la presunta agresión sexual cometida contra una anciana de 86 años (unos 50 más que él) en el verano del 2022 en Benicàssim. Los hechos que ayer negó durante su interrogatorio se produjeron cuando él trabajaba como repartidor a domicilio de un supermercado e hizo una entrega a una veraneante. La Fiscalía Provincial pide para él ocho años de prisión.

La víctima declaró ayer por videoconferencia desde Alemania, país donde reside. Cuando sucedieron los hechos ella estaba veraneando en Benicàssim y recordó que pidió la entrega de su compra en la vivienda. «Vio que estaba la cocina abierta y se metió en casa a dejarme las bolsas, aunque yo le dije que las dejara en la puerta», comenzó a contar la mujer. «De repente, me cogió por un brazo, me tiró de boca contra el sofá y, con una rapidez increíble me quitó las bragas, sujetándome las manos. Recuerdo que yo rezaba y lucha contra él», afirmó la anciana.

La testigo contó al tribunal que el acusado le hizo tocamientos, intentó penetrarla y se masturbó hasta eyacular. «Luego se fue muy rápido y yo llamé al dueño del piso en el que estaba alquilada porque no sabía qué hacer», apuntó.

Restos genéticos

Por su parte, el hombre negó los hechos y no pudo dar explicación alguna a la motivación de la denuncia. Aunque la fiscal le recordó que había aparecido material genético suyo en una silla --el lugar donde la víctima dice que la quiso penetrar--, él sostuvo que «ese día estaba muy sudado» y se apoyó allí, limpiándose con una servilleta. La representante del Ministerio Fiscal cuestionó que el acusado nunca antes hubiera dado esta versión hasta el momento del juicio.

También fueron llamados a declarar dos guardias civiles del puesto de Benicàssim, quienes dieron total credibilidad a la víctima. «La mujer estaba en shock, pero su relato era veraz y coherente», afirmaron los agentes.

El dueño de la empresa de reparto subcontratada por el supermercado confirmó que había conocido al acusado por medio de un tercero. «Su amigo no pudo ir a trabajar y vino él», contó. Por su parte, el casero de la anciana recordó que fue él quien llevó a la mujer al cuartel a denunciar tras contarle lo sucedido.

Por su parte, los médicos forenses confirmaron que la anciana tenía un desgarro vaginal, que era «compatible» con la agresión sexual con los dedos descrita. H

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