JUICIO EN LA AUDIENCIA NACIONAL

Un yihadista niega que creara una red radical desde la cárcel de Albocàsser

La Fiscalía lo acusa de cohesionar a terroristas para mantener sus ideas pro-Dáesh

Imagen de los tres yihadistas juzgados en la Audiencia Nacional.

Imagen de los tres yihadistas juzgados en la Audiencia Nacional. / EFE

Mohamed El Gharbi, condenado por pertenencia a organización terrorista, ha negado este lunes en el banquillo de la Audiencia Nacional en Madrid que, mientras estaba preso en la cárcel de Albocàsser, integrara una red radical creada para cohesionar a presos por yihadismo, favoreciendo al Dáesh y trabajando para que los internos no abandonaran su ideario.

El Gharbi se sienta estos días en el banquillo junto a otros dos yihadistas, Abdesalam Mohamed y Abdesalah Ahmed, para quienes la Fiscalía solicita otros 12 años de cárcel por un delito de constitución de grupo terrorista.

Estos tres acusados junto con el actualmente fugado Abderrahmane Tahiri, también conocido como Mohamed Achraf, ya se sentaron en el banquillo de los acusados en julio de 2022 por estos hechos y resultaron absueltos al descartar el tribunal que formasen una red dedicada a favorecer al Dáesh. Pero tras recurrir la Fiscalía, la Sala de Apelación ha ordenado repetir ese juicio.

El Gharbi, incluido en el Fichero de Internos de Especial Seguimiento (FIES) en la cárcel de Albocàsser, ha declarado que cuando estaba en la prisión de Castellón II se apuntó voluntariamente a un programa de desrradicalización y negó conocer la existencia de un frente de cohesión de yihadistas. «Nunca lo oí, no sabia la que era», ha sostenido.

¿Qué dice la Fiscalía?

En sus conclusiones provisionales la fiscal mantiene que mientras los acusados cumplían condena en prisiones españolas por pertenencia a organización terrorista entre 2014 y 2019 tras coincidir en distintos centros penitenciarios y mantener contacto por carta decidieron cohesionar a todos los encarcelados por delitos yihadistas para que no abandonaran su ideario.

Añade que todos ellos se emplazaban para continuar la actividad yihadista cuando salieran de prisión y además adoctrinaban, radicalizaban y captaban a otos presos no condenados por delitos terroristas.