Sucedió durante la Magdalena 2022

Un crimen entre okupas de Castelló se zanja con 12 años de prisión

El Supremo respalda la decisión de la Audiencia Provincial, que vio probado que el autor golpeó a la víctima por las escaleras y lo dejó morir en la calle

La Policía Nacional custodia el cuerpo, a la espera de que llegue el juez.

La Policía Nacional custodia el cuerpo, a la espera de que llegue el juez. / MEDITERRÁNEO

Tras los recursos de casación presentados ante el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat y el Tribunal Supremo, la sentencia condenatoria por el crimen entre okupas, que dejó un muerto durante las fiestas de la Magdalena del 2022 en Castelló, ha quedado confirmada. El alto tribunal de Madrid respalda así la decisión de la Audiencia Provincial de condenar a 12 años de cárcel al compañero de piso de la víctima, considerando acreditado que tras una discusión la golpeó de forma intensa por las escaleras. Finalmente, el fallecido se arrastró hasta la calle, donde acabaría muriendo horas después, semidesnudo y tirado en la acera.

Como ya publicara Mediterráneo en exclusiva tras el juicio celebrado el pasado año, el jurado popular que analizó el crimen durante varias jornadas declaró culpable por unanimidad al acusado, quien en su declaración negó ser e autor de homicidio y ofreció una declaración llena de contradicciones, como señaló la Fiscalía.

El contenido de la sentencia

La sentencia declara probado que el condenado y el fallecido mantuvieron una discusión en la habitación del segundo, en el piso que ambos compartían.

El ya condenado comenzó a agredir a la víctima, que trató de huir del domicilio, bajando las escaleras pero fue alcanzada de nuevo en un pequeño rellano. Allí continuaron los golpes con un objeto desconocido. A continuación, la víctima bajó hasta el rellano de la planta baja del edificio, donde quedó tendido en el suelo mientras el agresor limpiaba las manchas de sangre.Un vecino del edificio que había escuchado los gritos bajó para ver qué pasaba y se encontró con el herido vestido, tumbado en el suelo y con sangre en la cabeza, sin fuerzas para levantarse.

El testigo pidió al procesado que llamara a una ambulancia, pero éste le dio a entender que la víctima estaba ebria. 

El agresor no avisó a los servicios de emergencia ni prestó ninguna ayuda a la víctima, «conociendo que po rel estado en que se encontraba y la situación que presentaba, iba a morir necesariamente», dice la sentencia.

El cadáver fue hallado sobre las 6.00 de la mañana en la calle, desnudo y con abundantes signos de violencia. Una vecina le pisó un pie cuando se iba a trabajar.

«Yo lo encontré borracho, como siempre porque tomaba muchos sol y sombra. Estaba desnudo y cayó por las escaleras. Lo quise ayudar, pero dijo que lo dejara y que no llamara a la ambulancia», mantuvo el procesado en el juicio celebrado hace un año.

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