Ciencias de la Tierra

Los terremotos actuales podrían ser ecos de eventos pasados

Algunos temblores de hoy se pusieron en marcha sobre el siglo XIX, luego de los terremotos más poderosos de la historia registrada del continente americano

En 1886, un devastador terremoto de magnitud 6,7-7,3 sacudió Charleston, Carolina del Sur. Los terremotos de hace siglos, incluido este evento, aún pueden provocar réplicas en partes de los Estados Unidos, según un nuevo estudio.

En 1886, un devastador terremoto de magnitud 6,7-7,3 sacudió Charleston, Carolina del Sur. Los terremotos de hace siglos, incluido este evento, aún pueden provocar réplicas en partes de los Estados Unidos, según un nuevo estudio. / Crédito: Henry de Saussure Copeland (flickr).

Pablo Javier Piacente

Según una nueva investigación, es posible que América del Norte todavía esté temblando por las réplicas de dos grandes terremotos que azotaron el continente hace más de un siglo: los hallazgos sugieren la posibilidad de que dentro de áreas geológicamente estables de los continentes, donde no hay mucha actividad tectónica, algunas réplicas de terremotos puedan continuar ininterrumpidamente durante décadas o incluso siglos.

Durante el siglo XIX, algunos de los terremotos más fuertes registrados en la historia de Estados Unidos azotaron el interior continental de América del Norte. Prácticamente dos siglos después, es posible que el centro y el este de Estados Unidos aún experimenten réplicas de esos eventos pasados, de acuerdo a un nuevo estudio publicado recientemente en la revista Journal of Geophysical Research: Solid Earth.

Ecos de temblores pasados

¿Cómo se explican estos “ecos” de terremotos tan alejados en el tiempo? Según una nota de prensa de la Unión Geofísica Estadounidense (AGU, según las siglas en inglés), cuando ocurre un terremoto de gran magnitud pequeños temblores conocidos como réplicas pueden continuar sacudiendo el área durante días o años, una vez que ocurrió y concluyó el terremoto original. Estos terremotos más pequeños disminuyen con el tiempo y son parte del proceso de reajuste de la falla después del temblor original.

Aunque las réplicas son de menor magnitud que el terremoto principal, aún pueden dañar la infraestructura e impedir la recuperación de la zona afectada. Sin embargo, no existían datos sobre la influencia de estas réplicas a tan largo plazo. "Algunos científicos suponen que la sismicidad contemporánea en partes de América del Norte estable son réplicas, y otros científicos piensan que se trata principalmente de sismicidad de fondo", explicó en el comunicado el científico Yuxuan Chen, de la Universidad de Wuhan, en China, quien es el autor principal de la investigación.

Los científicos buscaron analizar este problema desde otro ángulo, utilizando un método estadístico. El equipo se centró en tres terremotos históricos que se estima oscilan entre 6,5 y 8,0 de magnitud en la escala de Richter: un terremoto cerca del sureste de Quebec, Canadá, en 1663; un trío de terremotos cerca de la frontera entre Missouri y Kentucky entre 1811 y 1812; y un terremoto de Charleston, Carolina del Sur, en 1886. 

Pruebas concretas

Los tres eventos son considerados como los terremotos más grandes en la historia reciente de América del Norte. Luego de estudiar la distribución espacial de los temblores con su nuevo método estadístico, los investigadores concluyeron que la secuencia de réplicas de 1663 cerca del sureste de Quebec, en Canadá, ha terminado y la sismicidad moderna en el área no está relacionada con el antiguo terremoto. 

Sin embargo, cerca de la frontera entre Missouri y Kentucky, los científicos encontraron que alrededor del 30% de todos los terremotos ocurridos entre 1980 y 2016 fueron probablemente réplicas de los grandes terremotos que azotaron el área entre 1811 y 1812. En el mismo sentido, en Charleston, Carolina del Sur, el equipo confirmó que alrededor del 16% de los terremotos modernos probablemente fueron réplicas del terremoto de 1886. 

Por lo tanto, la sismicidad moderna en estas regiones puede ser atribuible tanto a las réplicas como a la sismicidad de fondo, pero es evidente que se mantiene la influencia de los eventos pasados. El nuevo modelo estadístico utilizado en esta investigación podrá ser utilizado en futuras investigaciones, para determinar si en esta zona de América o en otras áreas del planeta la influencia de las réplicas de grandes terremotos del pasado aún siguen teniendo un peso considerable en los eventos actuales.

Referencia

Long-Lived Aftershocks in the New Madrid seismic Zone and the Rest of Stable North America. Yuxuan Chen and Mian Liu. Journal of Geophysical Research: Solid Earth (2023). DOI:https://doi.org/10.1029/2023JB026482

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