Hasta la modelo rusa Irina Shayk, madre reciente, corrió a darle la enhorabuena en su Instagram. La biblia de la moda tiene un nuevo profeta en Londres. Edward Enniful es el flamante míster Vogue. En agosto sustituirá a Alexandra Shulman, de 59 años, que en enero dijo que ya estaba bien tras 25 años dirigiendo la cabecera. El estilista británico se convierte así en uno de los pocos hombres al frente de una publicación femenina de referencia, que el año pasado celebró su centenario.

Al hacer oficial su nombramiento, el editor del grupo Condé Nast, Jonathan Newhouse, ya ofreció en su comunicado unas pistas de por qué ha sido el elegido. «Edward es uno de los editores de moda más talentosos y consumados del mundo. Es una figura influyente en el mundo de Hollywood, de la moda y de la música, y se maneja igual de bien tanto en el mundo digital como en el papel impreso». Algo tan necesario hoy como el respirar.

Y es que muchos quisieran tener la agenda de Edward Enniful, que ha trabajado con todos los que son alguien en ese negocio. Cuando el año pasado recibió en el palacio de Buckingham la medalla como oficial de la Orden de Caballero del Imperio Británico -«uno de los momentos de los que me siento más orgulloso», dijo- se llevó a su amiga Naomi Campbell a celebrarlo. Y después, ella y Kate Moss dieron una fiesta en su honor a la que se apuntó una Madonna enfundada en cuero.

En su Instagram, donde tiene 485.000 seguidores (y subiendo), aparece fotografiado con un buen número de celebridades: el diseñador Marc Jacobs, la cantante Rihanna, las hermanas Hadid, la exprimera dama Michelle Obama, etcétera. «Es un poeta», ha dicho de él la veterana diseñadora Diane von Furstenberg.

Nacido en Ghana hace 45 años, pero criado en Londres con otros cinco hermanos, Enniful empezó en la moda con 16 años probando suerte como modelo. Se pasó al otro lado y a los 19 años ya era director de moda de la revista I-D, donde permaneció dos décadas. En el 2011 se hizo cargo de la revista de tendencias W, donde ha dado rienda suelta a su talento creativo, con un sello sexi y glamuroso. También ha tenido la suerte de vivir una época en la que ha trabajo con los mejores fotógrafos y con aliadas tan icónicas como Kate Moss.

También ha sido estilista independiente y ha organizado desfiles para marcas como Calvin Klein, Fendi, Dior, Dolce & Gabbana, Lanvin, Armani y Valentino. Enniful ha pasado ya por el Vogue italiano y el americano. En el italiano, junto a la fallecida Franca Sozzani, elaboró un número en el que solo aparecieron modelos de tallas grandes y otro solo con maniquís negras.

El nuevo míster Vogue ha intentado fomentar la diversidad en una industria descaradamente blanca y clasista. Aupó a la modelo Jourdan Dunn, cuando fue portada del Vogue británico hace dos años y se convirtió en la primera modelo negra que lo hacía desde Naomi Campbell en el 2002. «Poner a una modelo en un desfile o en una campaña no arregla el problema. Necesitamos profesores en las universidades, necesitamos becas y a gente de distintos orígenes étnicos en todas las partes de la industria. Esa es la solución, cambiar las cosas desde dentro», ha dicho. Hace tres años le entregaron el premio Frederick Douglass, que reconoce la labor de las personas que trabajan por la igualdad.