El estrés muchas veces llega sin ni siquiera avisar. Pero, cuando lo hace, inunda de una sensación de malestar, desasosiego y nervios, en menor o mayor grado. Lo que está claro es que nadie desea su presencia pero, por desgracia, es una de las afecciones psicológicas más comunes en la actualidad. De hecho, no son pocos los medios que catalogan el estrés crónico como la enfermedad del siglo XXI. En un entorno en constante cambio, en el que el tiempo para uno mismo es escaso y en el que solemos abarcar más de lo que podemos, cada vez se hace más difícil adaptarse.

Consecuencias del estrés elevado a largo plazo:

Los síntomas del estrés pueden llegar a ser nefastos, afectando no sólo emocionalmente, sino también psicológica y físicamente. Para ayudarte a descubrir si lo padeces, te contamos algunas de sus consecuencias:

- Problemas del sueño: Ya sea de insomnio o de exceso de sueño, el estrés puede afectar a la calidad de descanso.

- Dolor de cabeza: aparece con frecuencia cuando se realizan actividades que requieren de mucha atención, causando una sobrecarga. Sin embargo, también puede surgir por presionar inconscientemente la mandíbula por los nervios, o por la tensión acumulada en el cuello.

- Problemas en el aparato digestivo: el dolor de estómago es un síntoma común, que puede desembocar incluso en estreñimiento o en todo lo contrario. Tampoco es extraña la falta o exceso de apetito por los nervios, llegando a generar en algunos casos cambios de peso.

- Problemas psicológicos diversos: falta de concentración, bloqueos, cambios bruscos de humor, y en última instancia, ansiedad y depresión, son algunos de ellos.

CÓMO COMBATIR EL ESTRÉS

Además de alejarse, en la medida de lo posible, de aquello que produzca estrés, es recomendable poner en práctica estos consejos para poder reducirlo:

- Planificar sólo aquellas tareas que se puedan abarcar: tanto las de ocio como las de trabajo. Esto permitirá tener un mayor control sobre los que se puede o no se puede hacer, así como obtener una sensación de satisfacción al terminarlas.

- Conseguir tiempo para uno mismo y para relajarse: invertir en ese hobbie que ya hace tiempo que se realiza, hacer ejercicio de manera regular para aliviar el estrés, relajarse con técnicas de relajación como el yoga o pilates, etc.

Una opción para dedicarse tiempo, magnífica para alejar tensiones y reducir el estrés, es visitar un Centro Termal. En ellos podrás disfrutar de un día de desconexión a medida según tus necesidades. Si te decantas por esta opción, te recomendamos Thalasso Hotel El Palasiet, en el que podrás elegir entre un amplio abanico de tratamientos: desde los más relajantes, como el pack Momento Zen, a actividades físicas diversas como el yoga.

- Alimentación: evitar alimentos excitantes tales como el café o el chocolate, y mantener una dieta saludable y equilibrada, como es la Mediterránea.

- Aceptación: posiblemente el consejo más difícil de poner en práctica, y, al mismo tiempo, una de las claves. Reconocer que es imposible mantenerlo todo bajo control y que hay cosas que no pueden cambiarse.

En definitiva, saber identificar el estrés es lo que permitirá tener cierto poder de actuación sobre el mismo. ¡Prueba a implementar alguna de estas medidas en tu vida cotidiana y verás cómo mejora tu bienestar general!. Eso sí, si crees que el estrés se está apoderando de tu vida, lo mejor es buscar la ayuda de un experto. De esta manera, podrás obtener un diagnóstico detallado y plantear soluciones específicas.