El sábado toda España celebró las bodas de plata de la Constitución. Bueno, eso de toda España hay que matizarlo, porque el Ayuntamiento de Villarreal o se olvidó de organizar y solemnizar fecha tan importante, o deliberadamente no quiso hacer nada, como si la cosa no fuera con ellos y con nosotros.

Los medios de comunicación nos han servido noticias puntuales de conferencias, homenajes, lecturas, conciertos, fiestas, plenos extraordinarios... No ha habido pueblo que, de una u otra manera, no se haya felicitado por tener un texto constitucional unánimemente aceptado.

Nuestro Ayuntamiento no ha dicho ni mu. Algún concejal lo ha justificado diciendo que ya el alcalde había asistido al acto organizado por la Diputación Provincial. De vergüenza porque, además, lo han dicho en serio.

Y la oposición, ¿qué? Bien gracias. Tampoco han dicho nada respecto al olvido de la autoridad. Los socialistas, que presumen de ser más constitucionalistas que nadie, ante este olvido se callan como muertos. De más vergüenza.

Confieso que no lo entiendo, pero este silencio me ha parecido un auténtico desprecio a nuestra Constitución.