Se impuso la lógica. Y de qué forma... El Villarreal abusó del Breda y pasó por la puerta grande a la fase de grupos de la Europa League. Valverde no quiso arriesgar, formó con el once de gala y goleó sin piedad a un equipo holandés que pareció peor de lo que es. El técnico del cuadro tulipán confesó el pasado miércoles que habían tenido "mala suerte en el bombo"; cuánta razón tenía.

El Villarreal es mucho Villarreal. Pese al cambio de entrenador, parece que juega de memoria y sus impotentes rivales solo pueden aplaudir. Los jugadores amarillos han empollado el método Valverde y el resultado de los 180 minutos de la eliminatoria lo dice todo: 9-2. El público amarillo disfrutó de lo lindo en el primer partido oficial que se disputaba en El Madrigal. Para abrir boca, ganar por 6-1 no está nada mal.

Con Ibagaza como pareja de baile de Senna --la apuesta ofensiva en el centro del campo sigue dando buenos resultados--, y con Cani y Cazorla por las bandas, el espectáculo está garantizado. Eguren podrá jugar ante Osasuna en Liga, pero viendo cómo jugó ayer el Villarreal con El Caño y el hispano-brasileño como mediocentros, será difícil hacerle un hueco al internacional charrúa.

Valverde parece haber elegido a sus hombres y estos no difieren mucho de los de su predecesor. Parecía difícil, pero este equipo ha mejorado hasta formar un auténtico rodillo. Madrid y Barça parecen haber ganado la Liga de antemano, pero habrá que tener en cuenta al Submarino. Contra el Breda demostraron que será difícil doblegar a los amarillos. El resultado lo dice todo. Un 6-1 no es fácil de conseguir y menos en Europa. De hecho, es la mayor goleada amarilla tanto en Primera como en competición europea.

Dos penaltis anotados por Rossi, una genialidad de Cazorla, un zurdazo seco de Marcos Senna --que no podía celebrar de mejor forma su vuelta a la selección--, una diablura de Pereira al contragolpe y un remate del canterano Kiko fulminaron a un Breda que llegó a Vila-real con 1.000 aficionados y se volvió escaldado.

QUE PASE EL SIGUIENTE Es difícil frenar la euforia después del partido de ayer. Esa será la misión de Valverde, como lo era motivar a sus hombres para no relajarse en el partido de vuelta contra el Breda. Si lo hace tan bien, que tiemble Osasuna. Las vibraciones de este equipo son inmejorables. Hoy el Villarreal será el coco en el bombo europeo.