Después de todas las incógnitas que rodean a su futuro tras la última derrota liguera del 2011, ayer se esperaba con expectación la última comparecencia del año de Juan Carlos Garrido. El técnico se explayó en el análisis de la situación, muy complicada, en la que ha quedado el equipo amarillo tras el 2-1 en Pamplona y confía en que la visita de esta noche del Mirandés en la vuelta de los dieciseisavos de la Copa del Rey (21.00 horas, Canal+ Liga 2) sirva para restablecer la confianza de una plantilla, hoy por hoy, tocada. Pasar a los octavos del torneo del KO es fundamental para que el técnico siga sintiendo el apoyo de la cúpula del Villarreal, ese que ayer dejó claro que mantiene tras las últimas reuniones ha mantenido con el presidente, Fernando Roig, y el consejero delegado, Roig Negueroles.

Garrido no siente la espada de Damocles sobre su cabeza. “He hablado con el presidente y el consejero delegado. Me han expresado su preocupación, pero al mismo tiempo nos han transmitido confianza porque entienden que estamos capacitados para revertir la situación. Vamos a demostrar que somos mucho mejores de lo que hemos demostrado hasta ahora”, empezando por la cita de esta noche ante el Mirandés (11 en la ida), un partido “decisivo”, recalca Garrido. El técnico sabe que un nuevo tropiezo, y más ante un Segunda B, sería mortal de necesidad. “Se nos exige ganar ese partido y lo sabemos”, admite Garrido, al que tampoco le duelen prendas para calificar como “auténtica final” el choque ante los burgaleses. Otra final en apenas cuatro meses de temporada.

Si el Villarreal supera este último escollo del 2011, Garrido considera que la imagen del equipo ganará muchos enteros a la vuelta de las vacaciones, con Valencia y Atlético --además, esperamos, del partido de ida de los octavos de final de la Copa del Rey-- esperando para iniciar el nuevo año. “Cuando llegue enero este equipo será más reconocible porque tendremos a muchos de sus jugadores a su mejor nivel”, asegura. Dentro de esa deseada mejoría colectiva e individual incluye a dos de los jugadores que estaban llamados a ser piezas clave esta temporada y que, por diferentes motivos, están desaparecidos y no han aportado apenas nada.

‘PRETEMPORADA’ DE NILMAR // Uno de ellos es Nilmar. “Es un tema sencillo. Él vive de la velocidad y, por desgracia, lleva muchos meses con problemas físicos en la rodilla que han afectado su rendimiento”, explica Garrido, que desvela que el delantero brasileño “tendrá un plan especial de entrenamiento tras el parón de Navidad”. El míster espera su mejor versión a partir de entonces. “Es uno de nuestros jugadores más importantes y está muy implicado con el equipo”, añadía Garrido, desautorizando los rumores que colocan a Nilmar en la órbita de la Roma o del Sao Paulo, rumores, dicho sea de paso, alimentados por el propio agente del futbolista, Orlando da Hora.

El otro nombre propio es el de Jonathan de Guzmán, cuya buena versión mallorquinista no ha tenido continuidad por ahora en el Villarreal, hasta el punto de que el pasado domingo fue uno de los descartes ante el Osasuna. “Confío mucho en él, pero tiene el mismo trato que los demás y por eso puede entrar o no en la convocatoria”. En el caso del canadiense, el problema no es físico, sino de “integración”. “Debo trabajar con él para que sea el futbolista que ha sido en el Feyenoord o en el Mallorca”, añade.

SSLqNO’ A LOS FICHAJES // Si enero se inicia con toda la plantilla a pleno rendimiento, el técnico del Submarino asegura que “no pensaría en fichar”. “No es la solución, y sí recuperar jugadores. Ahora mismo no hablo de fichajes con el club; en cambio, sí cuento con la cantera y poco a poco voy dando oportunidades porque esa es la filosofía del Villarreal”.