Hartos. Así se manifiestan desde la comunidad educativa del colegio público Pintor Gimeno Barón (La Huerta), respecto a la continua presencia de cacas de perro en las aceras que rodean el centro. Una situación que ha llevado a profesores y padres de los alumnos a iniciar una auténtica guerra limpia para concienciar al vecindario que tiene mascotas a que recojan los excrementos y a que sus animales no orinen en los accesos y en las paredes de este centro escolar de Vila-real.

Una batalla que tiene como principal arma la colocación de carteles con dibujos y lemas, en la mayoría de los casos elaborados por los propios alumnos, en los que se reclama civismo a los dueños de los canes. «Esta iniciativa nació por la propuesta que realizaron los responsables de la AMPA y también de los maestros, al sufrir el hecho de que los escolares muchas veces se llevaran a sus casas restos fecales en las ruedas de sus carritos», explica el director del colegio, Rafael Ortega.

Por su parte, el presidente de la AMPA, Iván Cabedo, explica que, de forma especial los lunes, «es habitual encontrar en las entradas a la escuela cacas de perro, pieles de naranja, colillas y un largo etcétera, fundamentalmente en la base de los bancos que hay allí y que parece que sirven como lugar de reunión en los fines de semana».

"En el Ayuntamiento ya son conscientes del problema, porque llevamos realizadas, al menos, cinco reclamaciones para que limpien la zona cada lunes, antes de las 9.00 horas, que es cuando entras los niños a la escuela"

Iván Cabedo - Presidente de la AMPA del colegio Pintor Gimeno Barón

En este sentido, Cabedo hace hincapié en que «en el Ayuntamiento ya son conscientes del problema, porque llevamos realizadas, al menos, cinco reclamaciones para que limpien la zona cada lunes, antes de las 9.00 horas, que es cuando entras los niños a la escuela, de manera que la zona esté más adecentada, por el bien de los escolares». En todo caso, lamenta que «solo nos hicieron caso una vez, porque el resto de días vienen cuando los críos ya están dentro».

Lo cierto es que el propio consistorio ya instaló unas placas en las farolas que rodean la escuela para concienciar a los propietarios de perros del cumplimiento de sus obligaciones que, por otra parte, se establecen en la ordenanza de convivencia ciudadana y cuyo incumplimiento puede suponer sanciones de hasta 120 euros.

Cierto efecto

Aunque parece que los carteles están surtiendo efecto, desde la comunidad educativa insisten en reclamar civismo a quienes sacan a sus perros a pasear por el entorno del Gimeno Barón. Y entre tanto, los dibujos con lemas como No em fages passar vergonya... recull les meues caques, Gràcies per recollir les caques del teu gos, Per una escola més neta o El gos és teu i l’escola és de totes i Tots! seguirán luciendo en la valla que rodea el colegio, ubicado en la manzana delimitada por las calles Vázquez de Mella, Santa Caterina, Josep Nebot y Martí de Viciana.