Ayer inició su andadura en Vila-real la dirección territorial de Innovación, Universidades, Ciencia y Sociedad Digital, después de que la Conselleria con sede en Alicante --la primera que no está en València capital-- apueste por descentralizar departamentos, como avanzó Mediterráneo.

Por el momento, solo la máxima representante de este organismo autonómico de ámbito provincial, Sara Prades, ocupa su despacho en la planta baja del Vivero de Empresas I, ubicado en la calle Monestir de Poblet, a la espera de que se le asignen los cinco funcionarios que prestarán su servicio en esta dirección territorial de Innovación, la primera con sede fuera de la capital de la Plana, pero que prestará su apoyo a proyectos y acciones en el ámbito de las comarcas castellonenses.

«La apuesta por la descentralización del gobierno de la Generalitat --que ya se aplicó tras la creación de la Conselleria de Innovación al establecer su sede central en Alicante-- ha llevado a establecer esta dirección territorial en Vila-real, que es la segunda ciudad de la provincia de Castellón y que, además, viene trabajando desde hace años en el terreno de la innovación, a lo que se suma que también es sede universitaria (delegación de la UJI en la Plana y la UNED) y la labor que desarrolla en digitalización», explica Prades.

Ofrecimiento

Y a esas características que hacen de Vila-real un referente en innovación --desde el 2011 cuenta con el distintivo de Ciudad de la Ciencia y la Innovación que concede el Gobierno central y también preside la Xarxa Valenciana de Ciutats per la Innovació-- se añade que «desde el Ayuntamiento nos han hecho las cosas mucho más fáciles, ya que de inmediato se nos ofreció este espacio en el Vivero de Empresas», añade la directora territorial.

Entre las tareas de Prades y su equipo destacan todas las relacionadas con la gestión de las acciones a llevar a cabo en el ámbito de recortar la brecha digital, de manera especial entre aquellas personas que tienen dificultades económicas para acceder a internet y también en el sentido de favorecer la llegada de la fibra al interior de la provincia de Castellón. Una medida que vienen reclamando desde hace años un buen número de municipios y que, entre otras cosas, permitiría reducir la despoblación en estas zonas.