Vila-real ultima el proyecto de 250 nuevos nichos en el cementerio

El departamento de Territorio de Vila-real continúa trabajando en la redacción del proyecto que incluirá, entre otras acciones, acometer en el cementerio municipal la construcción de en torno a 250 nuevos nichos. Así, darán cobertura a las necesidades de sepultura de los vila-realenses cara a los próximos años. De hecho, desde el consistorio confían en que el plan pueda licitarse y ejecutarse a lo largo del próximo ejercicio.

La iniciativa se enmarca en el plan de intervención que anunció el propio alcalde, José Benlloch, después de que en julio del pasado año se llegase a una situación crítica en cuando a disponibilidad de sepulturas en el camposanto local, al quedar solo 31 libres, 13 de ellas en la quinta fila (la que es más económica) y otras 18 en la parte antigua del recinto.

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En concreto, desde el ejecutivo local se decidió asignar una partida de 417.000 euros para dotar al cementerio con un número suficiente de nichos para los cinco años siguientes. El dinero presupuestado procede de dos proyectos que no se adjudicaron al quedar desiertos los concursos: el de la rehabilitación de la alquería del jardín Botànic Calduch y el de la estación de autobuses frente a la terminal ferroviaria de Renfe.

Acciones

En cualquier caso, el concejal de Servicios Públicos, Xus Madrigal, explica a Mediterráneo que recientemente se construyó medio centenar de sepulturas, a la vez que se han recuperado otras 200 --cuya concesión no se ha renovado por parte de los familiares del difunto tras llegar a los 100 años de límite-- en el perímetro del recinto, lo que permite garantizar los enterramientos.

Con todo, matiza que existe una menor disponibilidad de nichos ubicados en la primera y segunda fila (los más solicitados pese a tener un precio superior), mientras que en tercera y cuarta fila se cuenta con mayor cantidad.

Cabe recordar que en el año 2017 ya se emprendió un programa de remodelación integral, con el que se obtuvieron 620 unidades de entierro para una ciudad como Vila-real, que registra una media de 250 defunciones al año. 

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