Emoción y pasión en la procesión del Santo Entierro en Vila-real

Devoción, silencio y emociones a flor de piel marcaron ayer la procesión del Santo Entierro en Vila-real. Cientos de capurulles de todas las cofradías y hermandades de Semana Santa en la ciudad desfilaron por las calles del centro de la población en el que es uno de los desfiles procesionales más importantes y sentidos de la conmemoración de la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo.

Pese a que la lluvia caída por la tarde hacía temer lo peor, la mejoría paulatina del tiempo permitió que la procesión saliera de la iglesia arciprestal a la hora establecida, las 20.00 horas. 17 pasos de las diferentes hermandades y cofradías de Semana Santa recorrieron el trayecto con salida y final en la iglesia arciprestal de Sant Jaume.

Los pasos

El paso de la Oración en el Huerto, de la Hermandad Franciscana de Tierra Santa, abrió el desfile, que cerró el de la Virgen de la Soledad, de la Confraria de la Sang. Entre estos, no faltaron otras muchas imágenes, como la del Cristo Yacente, obra del artista vila-realense José Ortells y que, custodiado por la guardia romana de La Sang (conocida popularmente como los judíos) despierta una intensa devoción.

De hecho, la entrada de esta escultura devocional de nuevo en la iglesia arciprestal es uno de los momentos más espectaculares de la celebración. A hombros de los hermanos del Santo Sepulcro y con el único sonido de las lanzas de los guardias al golpear en el suelo del templo, entra con solemnidad el Cristo hasta el espacio que tiene reservado.