Decía el popular periodista José María García, que el rumor siempre era la antesala de la noticia. Sí, es una teoría que a veces se cumple, pero lo que también es cierto que no es noticia hasta que se produce. En Inglaterra sitúan desde el pasado lunes a Emery como entrenador del Newcastle, incluso algunos medios informaban que podría ya estar el sábado sentado en el banquillo. Lo único cierto a día de hoy es que nadie se ha dirigido al Villarreal, pero sí le ha llegado al entrenador vasco un interés del club británico a través de un abogado, que hablaba en representación del propietario. Su nombre formaba parte de una terna de candidatos con Roberto Martínez (seleccionador de Bélgica) y el expreparador del Bournemouth, Eddie Howe. El ruido mediático fue muy importante a lo largo del día y tras sus declaraciones en rueda de prensa, se le situaba más fuera que dentro del Villarreal.
Sin embargo, el técnico se reunió tras el partido con el presidente, Fernando Roig, y su hijo, en el mismo estadio y les tranquilizó comunicándoles que veía muy difícil su salida del Villarreal, porque aunque la oferta pudiera ser mareante, pesaba más su fidelidad a la familia Roig y al club. En la previa del partido también se dirigió a sus jugadores en idénticos términos, pero sin ser tan explícito. En cualquier caso, como ha venido informando Mediterráneo, solo ha existido una muestra de interés y no oferta oficial, que en cualquier caso pasaría por el pago de seis millones de su cláusula. El técnico también desveló que la solución no se dilatará, aunque ahora su futuro parece más cerca del Villarreal que del Newcastle.
Centrado en el partido
«He procurado durante el día alejarme del ruido. Hay interés, pero he estado centrado en el partido y no he tenido mayor noticia. No hay ninguna oferta y, si la hubiera, tendría que ser vía club y vía personal. Y yo estoy centrado en el Villarreal, agradecido y contento», insistió el preparador de Hondarribia.
Ante los medios, se expresó con la misma sinceridad habitual en él. Posiblemente esa espontaneidad de Emery hizo que su mensaje pudiera conducir a interpretar una decisión que aún no se ha tomado a pesar de lo que se dice en Inglaterra: «Si se concretase alguna cosa más, lo hablaría con la familia Roig, a la que le debo toda la confianza, y con la plantilla. Y, a partir de ahí, si se tomase una decisión podría ir en cualquier dirección si se cumplen una serie de requisitos».
No hay duda de que en fútbol el presente es la hora en la que vives y el futuro un minuto después, pero la única realidad en este momento es que ayer nadie se había dirigido al presidente. Emery confesó que «ni cierro ni abro ninguna puerta, estoy a la expectativa. Pero cuento con el club para hablarlo en caso de que llegue (una oferta) porque les debo un gran respeto».
