Juan María Calles ya sabe qué podrá y qué no podrá hacer a partir de ahora en el Ayuntamiento de Castellón. La junta de portavoces --tras conocer el informe redactado por la secretaria del consistorio-- dio ayer el visto bueno a los derechos y deberes del concejal tránsfuga que hace dos semanas abandonó el PSPV-PSOE y entró a formar parte de los no adscritos, tras negarse a dimitir al ser condenado por conducir ebrio.

Entre otras cuestiones, los portavoces del PP, del grupo socialista, del Bloc-Compromís y Esquerra Unida acordaron que mantendrá su sueldo de 850 euros al mes, por lo que no se reducirá la nómina del edil como en un principio parecía que iba a suceder. En los plenos del Ayuntamiento, el que fuera candidato del PSPV-PSOE a la alcaldía tendrá derecho a voto y poco más. Podrá intervenir, pero únicamente si hay debate en alguno de los puntos, si hay acuerdo, no. En todo caso, si tiene que pronunciarse lo hará en primer lugar. A partir de este momento, Calles pasa a ser el concejal número 27, por lo que intervendrá antes que nadie.

El exconcejal socialista podrá presentar mociones, pero solo se incluirán en el orden del día si así lo estima conveniente la junta de portavoces, reuniones a las que no podrá asistir puesto que como no forma parte de ningún grupo no hay es designado portavoz.

Los representantes municipales se volverán a reunir el jueves antes del pleno para dar validez a los acuerdos citados, que tendrán efecto hasta la próxima sesión. H