El rascacielos más alto del mundo estará en Sao Paolo y lo firma un castellonense: José Ignacio Bedia Urbano. La prefectura de la ciudad le ha encargado y aprobado el proyecto para remodelar el gran espacio del Campo de Marte --el primer aeródromo con el que contó la megalópolis-- que supondrá una superficie construida de 12.500.000 m (8,5 millones en superficie y cuatro bajo cota) y que albergará un gran Centro de Congresos y Exposiciones Iberoamericano: concebido para ser el centro mundial de todas las actividades ecológicas, área en la que Brasil es pionera en el planeta.

Según ha explicado Bedia a Mediterráneo, se trata de una torre de 650 metros de altura --Dubai ya amenaza con batir este récord-- que está llamada a ser en el nuevo símbolo de la pujanza de Brasil. Se ha diseñado con criterios bioclimáticos y sus terrazas incluyen cuatro helipuertos --unos 500 aparatos sobrevuelan la ciudad cada día--.

Así, el arquitecto castellonense superará en más de 40 metros a Sexy Tower, la barrena de 610 metros con la que Santiago Calatrava perforará el sky-line de Chicago, además de adelantarse a la Rossia Tower de Norman Foster, en Moscú (600 metros).

La City Tower de Sao Paolo concebida por Bedia preside majestuoso todo un gran complejo concebido como "una auténtica sinfonía" que surge de la mezcla de "armonía, ritmo y melodía de la música con la arquitectura". Por este motivo, los accesos al área, como los pentagramas, acogen varios centros de convenciones y otros edificios de hoteles, oficinas y viviendas de 400, 300 y 250 metros, además de áreas comerciales semisubterráneos o un sambódromo. "Un centro de convivencia y diversión con una diversidad de usos y mezcla de actividades complementarias, en una estrategia de vivencia del complejo de día y noche", según lo define Bedia.