La Conselleria que dirige María José Salvador ya se ha puesto manos a la obra para atajar uno de los problemas más graves que sufre la población del interior de Castellón: las deficiencias en el transporte público, una situación agravada en los últimos meses después de que caducaran las nueve concesiones firmadas con la Generalitat para cubrir la ruta provincial, salvo la del TRAM.

Una de las primeras tareas de Salvador en septiembre será reunirse con su homólogo de Educación, Vicent Marzà, y los técnicos de ambos departamentos, para analizar la viabilidad de cubrir estas deficiencias con el servicio escolar que hace las llamadas rutas débiles de lunes a viernes, mañana y tarde. Según la consellera, es una de las fórmulas imaginativas que han puesto sobre la mesa y que habrá que estudiar si son compatibles. “Lo que pretendemos es garantizar el autobús público, que siga siendo de calidad y que no se pierdan más puestos de trabajo”, señala.

Si finalmente se dan las sinergias entre las dos consellerias, habrá que ver si es más viable optimizar los recursos económicos o aprovechar la ampliación de horarios que podría suponer la inclusión de los buses escolares.

Salvador explica a Mediterráneo que, en estos momentos, la Conselleria está estudiando las numerosas alegaciones que en los meses finales de la legislatura anterior se presentaron para la posterior aprobación de los proyectos de adjudicación. La titular del área de Vertebración del Territorio afirma que “hay que priorizar dar solución a las concesiones ya caducadas”, que en la provincia son casi todas.

Como ya apuntó la consellera de la Vall d’Uixó cuando asumió el cargo, hay que garantizar igualdad de oportunidades para la gente que vive en pueblos del interior. “No se puede permitir que haya personas en estas comarcas sin capacidad de comunicarse por los alrededores del lugar en el que viven”, añade. H