El vila-realense Alejandro Font de Mora acaba de ser elegido presidente de Les Corts Valencianes tras la marcha de Juan Cotino. Se convierte así en la segunda autoridad de la Comunitat, aunque llega en un momento de máxima tensión política y con unas elecciones a siete meses vista que podrían dar un vuelco al panorama político de las últimas dos décadas en la Comunitat.

--¿Cómo sorteará la tensión que se vive en Les Corts y que no amainará con unas elecciones en el mes de mayo?

--Todas las fechas próximas a una elección son tensas en el ámbito parlamentario, pero he vivido muchos finales de legislatura y siempre impera el buen sentido. Hago un llamamiento a los diputados para seguir la senda de la normalidad democrática y corrección institucional. De todos modos, los pequeños enfrentamientos ordinarios también es natural que ocurran.

--¿Cuál es su primer objetivo tras llegar al cargo?

--A mí, lo que más me importa es que, siendo esta una cámara parlamentaria, donde debe imperar la palabra, no se deje a la gente hablar. Es lamentable que se interrumpa o que se pretenda de forma sistemática cortar las intervenciones. Hay que ser comprensivos con las descargas de tensión, pero yo abogo por el diálogo.

--La oposición coincide en pedirle imparcialidad y que no copie las formas de su predecesor, Juan Cotino. ¿Atenderá sus peticiones?

--Hablar de imparcialidad en política es complejo. Pretendo ser equitativo e intentar que todo el mundo ejerza su derecho. Muchas veces cada cual cuenta la feria según le va en ella e incluso tu propio grupo puede no entender que le niegues determinada prerrogativa a la hora de contestar una réplica. Es una función difícil. Imaginemos un partido de fútbol entre el Real Madrid y el Barcelona en el que el árbitro fuera hincha de uno de los dos. Yo procuraré que no se note, dentro de un orden.

-Propone cambios para favorecer la transparencia y la participación. ¿Qué puede hacer desde Les Corts para recuperar la confianza de los ciudadanos en la política?

--Hay muchas propuestas sobre la mesa, pero no deberían provenir solo del Consell, como hasta ahora. Alberto Fabra ha pedido a la oposición que se implique y sugiriera cambios, pero parece que algunos quieren esperar al cambio o no cambio en las elecciones. No deberían, porque quizá se pierdan siete meses. Observando el panorama social español, lo que pide la sociedad es que las instituciones renueven sus formas, sus hábitos, que haya más contacto con las organizaciones sociales y mayor posibilidad de participación en Les Corts para que la sociedad civil tenga su voz y que los intermediarios que somos los diputados tengamos un contacto más directo con ellos. Por eso procede la reforma del Estatut. Les Corts no puede ser una oficina; es un área de expresión política y tiene una permeabilidad con lo que pasa en la sociedad.

--¿Qué puede hacer usted para que la gente se interese más por lo que pasa en el hemiciclo?

--Que se procure explicar mejor los proyectos y los planes. He pedido la complicidad a los medios de comunicación, porque tienen la posibilidad de explicar las cosas a la gente. Un claro ejemplo es lo sucedido con la legislación sobre el aborto. Ha habido una amplia difusión y se abrió un debate que provocó cambios en decisiones del Gobierno central. Quiero que en Les Corts seamos capaces de explicar mejor lo que hacemos, de forma atractiva y práctica. También estaría bien que se trajeran al hemiciclo temas de actualidad, o que no se tarde tanto en debatir un asunto, o que el Consell no tenga ninguna prevención en venir aquí a anunciar sus grandes noticias. Si esas cosas se corrigieran, a lo mejor, el Parlamento aumentaría en interés hacia el público. No es una acusación que le haga a este gobierno en concreto, sino a todos en general, incluso entono el mea culpa porque yo en su momento también tenía otro estilo diferente a este. Quizá fuera otra época o quizá es que me he hecho mayor y lo veo de manera más reflexiva y menos combativa.

--¿Qúe puntos comunes son esos que apunta?

--Por ejemplo, que se agilice la labor parlamentaria, que el gobierno comparezca lo más ajustadamente posible, que la oposición también deje de abusar un poco de reiteraciones en las peticiones. Hay que sentarse y hablar. Seguro que se encuentran mil cosas para mejorar.

--Reclama desde la presidencia que gobierno y oposición lleguen a más pactos. ¿Cree realmente que es viable tal y como están las cosas en Les Corts en estos momentos?

--Sí. Debe ser viable, altamente viable. Por muchas diferencias que haya debe haber un fin común que es el perfeccionamiento de la democracia parlamentaria, el que no esté de acuerdo en eso se excluye matemáticamente del sistema, a lo mejor hay gente aquí que quiere implantar un sistema que no sea de democracia parlamentaria y quiere implantar otra cosa, pero yo veo que el núcleo más importante, muchos de los grupos de la cámara, están de acuerdo con que exista una democracia parlamentaria. Va a haber que llegar a unos acuerdos para mejorar todo esto que estamos hablando, luego queramos o no nos tenemos que poner de acuerdo. Entonces tenemos que rememorar viejas épocas, las de la transición, otras épocas históricas españolas donde ha sido posible un acuerdo que ha propiciado que la vida política alcanzase unos niveles de utilidad pública y que la gente, además, lo perciba.

--Tras llegar a la presidencia de Les Corts, ¿qué le queda por hacer a Font de Mora? ¿Es este el último viaje de su carrera política?

--No, no lo es. Ya le manifesté en su día a quien correspondía del Partido Popular que estoy a disposición de continuar otra legislatura más. Sé que vivimos en la sociedad de la efebocracia, que consiste en que solo vale el joven y nada vale el viejo --o mejor dicho, el veterano--, pero creo que la experiencia es un valor añadido y yo quiero seguir poniendo mi experiencia si Dios me da salud. Eso es importante. Estoy a disposición de este proyecto, en cualquier caso y ocasión, y lo digo con la máxima rotundidad. Tengo fuerzas y no pienso en retirarme incluso aunque esa continuidad supusiera una posición distinta a la actual o de menor rango. Esto es subir y bajar, pero siempre servir. Estos años he sacrificado muchas cosas a nivel personal por la vida pública, entre otras una carrera que algunos estimaban que era brillante, pero estoy siempre a disposición de aportar lo que pueda y lo que se demande.