Primero fueron naranjos. Interminables huertos de fruta dorada que asentaban sus reales a través del Camí dels Molins hasta llegar al ermitorio de la Magdalena. Sin embargo, el desarrollo urbanístico de los años 70 del pasado siglo rompió con la estética rural de la zona norte de la capital de la Plana, y comenzó la voracidad de la piqueta y la elevación de edificios hacia la verticalidad de los cielos, la avenida Capuchinos, les Palmeretes en lenguaje castizo castellonero, marcaban el final de la urbe y anunciaban la huerta.

Pero, eso, solo hasta los años 70. Y, por ello, nació, justo antes del Primer Molí, un recoleto espacio urbano, escoltado por las calles Castelldefels y San Isidro Labrador. Un rincón pequeño que muy pronto iba a tener personalidad propia en el avance constante e de la capital de la Plana: la plaza Juan XXIII. Primero fue solo un pequeño círculo con una fuente decorativa en el medio. Después, una posterior reforma elimina la fuente y sobre el lugar que ocupaba se instala un olivo.

La última de las reformas data de finales del pasado año 2014.Una nueva plaza con un diseño atractivo y que invita a “hacer ciudad”, como explicó en la inauguración del remodelado espacio el alcalde, Alfonso Bataller.

NUEVO MOBILIARIO // Una plaza Juan XXIII que cuenta con nuevo mobiliario urbano, bancos, farolas y respeta el olivo que siempre ha presidido este enclave. Un cambio de imagen que fue posible gracias a los presupuestos participativos, “en el que el macrourbanismo ha sido puesto a disposición de los ciudadanos”, como señaló Bataller.

“Un macrourbanismo que hace posible el que se pueda cambiar la imagen de la ciudad, por un Castellón más bonito, más habitable; una ciudad para todos”.

La inversión municipal para realizar esta reforma de la plaza Juan XXIII alcanzó los 140.000 euros y el plazo de ejecución de la misma fue de tres meses, “desde octubre a diciembre del 2014”.

Asimismo, y si algo destaca del nuevo diseño de este espacio ciudadano es su “carácter peatonal, pues se han eliminado los desniveles y se ha instalado un nuevo alumbrado más funcional y vanguardista”, resaltó la primera autoridad municipal.

Sobre todo, la nueva plaza Juan XXIII es un ejemplo de que “Castellón está avanzando y que está mejorando la calidad de vida de los ciudadanos a través de la participación ciudadana y la colaboración permanente de los vecinos con el Ayuntamiento”. H