La campaña de la almendra no ha podido comenzar peor para miles de agricultores del interior de la provincia de Castellón. Y la culpa la tienen los precios. La drástica caída del consumo nacional ha hundido las cotizaciones de este fruto seco hasta dejarlo en niveles de hace 30 años.

Las previsiones que manejan organizaciones agrarias como la Unió de Llauradors estiman que el productor percibirá dos euros/kilo por la variedad de almendra en grano comuna/largueta, cuando hace solo cuatro años era de cinco euros/Kg. En el caso de la almendra en cáscara de esa variedad, se paga a 0,40 euros/Kg y hace cuatro campañas a 1,20. La variedad marcona en grano no pasa de 2,60 euros/kg (el año pasado estaba a cinco) y en cáscara de 0,55 euros. "No existen ya apenas diferencias de precio entre unas variedades y otras. Por ejemplo, la marcona, que por sus apreciadas cualidades organolépticas siempre ha tenido un valor superior en el mercado, en esta campaña es mínimo. En cuanto a la almendra de producción ecológica, su precio es el mismo prácticamente que en la convencional", denuncian desde la Unió de Llauradors.

Para los agricultores se trata de precios "ridículos" y que para nada cubren los gastos de producción. "Se va a pagar la mitad de lo que cuesta cultivar un kilo de almendras", se queja Ramón Mampel, miembro de la comisión ejecutiva de la Unió de Llauradors y una de las personas que mejor conoce el sector.

MENOS ´SNACKS´ La explicación a la brusca caída de precios hay que buscarla en la crisis del consumo. "Las estimaciones hablan de que la demanda de las bolsas de almendra que se venden en tiendas y supermercados ha caído un 30% en los últimos meses y eso ha hundido los precios", argumenta Mampel. La industria turronera también demanda menos materia prima.

Con los números en la mano, el sector no puede ser más pesimista. "Va a ser difícil cubrir los gastos de recolección y soportar los trabajos de mantenimiento del cultivo durante el resto del año. De ahí que se opte por el progresivo deterioro de las fincas y, finalmente, por el abandono del cultivo", asegura. Y un ejemplo es el de la demanda de ayudas que ha ido decreciendo en los últimos años hasta solicitar ahora poco más de 50.000 hectáreas en toda la Comunitat Valenciana, cuando hace cinco años eran más de 60.000.

Pero, ¿dónde está el problema? La respuesta está en California, que marca los precios a nivel mundial, a pesar de que la calidad del producto es muy inferior al de la almendra valenciana. La Unió reclama una marca nacional con el sello de calidad diferenciado y una campaña de publicidad para salvar a un sector que se halla en la UVI.